Entre las colaboraciones que Extremadura: caminos de cultura tiene el honor
de realizar, son de destacar, por su habituabilidad, aquéllas llevadas a cabo
junto al blog Extremos del Duero, un espacio dentro de la red dedicado de manera
muy similar a como Extremadura: caminos de cultura lleva realizando desde su
inauguración, a la promoción y divulgación de la cultura y patrimonio de la
región extremeña, así como ilustración de otros aspectos relacionados con la misma.
Tras colaborar en entradas dedicadas a los medallones labrados con las
efigies de San Pedro y de San Pablo con que cuenta la región, artículos dedicados a
los esgrafiados de la Iglesia de Santo Domingo (Trujillo; Cáceres), o a los
vestigos de la Guerra Civil española (1.936-1.939) en la capital cacereña, las
últimas colaboraciones efectuadas desde Extremadura: caminos de cultura con
Extremos del Duero se han centrado en las juderías existentes en las localidades
de Trujillo, Badajoz y Cáceres. Con ligeros apuntes en relación con la ubicación
e historia de las mismas, los datos conservados sobre su existencia y detalles
específicos de alguna de ellas (es de destacar la mención a la mezuzá de
Trujillo), sobre las juderías respectivas se habla en tres entradas
diferenciadas dedicada cada una a cada una de las aljamas mencionadas donde el
lector podrá encontrar no sólo información escrita, sino además una colección de
fotografías tomadas de cada una de las juderías, captadas tanto por el autor de
Extremos del Duero, como prestadas por Extremadura: caminos de cultura.
Arriba: partiendo del Corral del Rey, en la esquina superior oriental de la Plaza Mayor de Trujillo, se accede a la calle del Gurría a través de un prolongado pasadizo, vestigio de un pasado hebreo en una de las calles que componían la judería trujillana.
Abajo: estrecha y ligeramente empinada, como era habitual en las juderías castellanas, la calle de San Lorenzo es la única vía de la capital pacense de la que se conoce con seguridad su pasado histórico como centro de la judería con que contó Badajoz, antes de la expulsión de los sefardíes de España durante el reinado de los Reyes Católicos.
Arriba: partiendo del Corral del Rey, en la esquina superior oriental de la Plaza Mayor de Trujillo, se accede a la calle del Gurría a través de un prolongado pasadizo, vestigio de un pasado hebreo en una de las calles que componían la judería trujillana.
Abajo: estrecha y ligeramente empinada, como era habitual en las juderías castellanas, la calle de San Lorenzo es la única vía de la capital pacense de la que se conoce con seguridad su pasado histórico como centro de la judería con que contó Badajoz, antes de la expulsión de los sefardíes de España durante el reinado de los Reyes Católicos.
A continuación se muestran los enlaces a estos tres artículos con los que
se espera ilustrar al visitante sobre estas tres juderías extremeñas, y con ello
mostrarle parte de nuestro pasado y de algunas de las raíces de las que nace la cultura de nuestra región.
- Judería de Trujillo (La mezuzá de Trujillo):
- La judería de Badajoz:
- Las juderías de Cáceres:
Arriba y abajo: la judería vieja cacereña, actual Barrio de San Antonio, se refugió entre los lienzos orientales de la muralla almohade y los palacios que sustituyeron a la alcazaba musulmana tras la reconquista de la ciudad, en pleno casco histórico intramuros, donde aún hoy en día se puede saborear la herencia que los sefardíes dejaron entre sus calles, en plazoletas encaladas, callejuelas estrechas y corralas.
Abajo: la judería nueva de Cáceres, formada tras la llegada masiva de hebreos andaluces a Extremadura tras la expulsión de los mismos de las principales ciudades del Sur peninsular en 1.483, se ubicó junto a la Plaza Mayor en los que hoy son las calles de Paneras y de la Cruz, ciertamente desvirtuadas pero que conservan el trazado estrecho propio de las calles de las juderías hispanas.