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sábado, 30 de junio de 2018

Imagen del mes: Torre-fachada de la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación, en Azuaga


Considerada, según el erudito D. José Ramón Mélida, como el segundo templo de mayor extensión de la provincia pacense, superado tan sólo por la catedral de Badajoz, la azuagueña parroquia de Nuestra Señora de la Consolación ofrece, como ocurre en un amplio número de templos de la mitad sur de la región, su portada principal abierta a los pies del edificio como componente fundamental de una torre-fachada, aquí diseñada en cinco cuerpos que, superando los 34 metros de altura, muestran un gótico isabelino que despunta en su estilo de entre sus hermanas obras contemporáneas a nivel provincial.
Azuaga (Badajoz). Siglos XV-XVI; estilo gótico isabelino con incorporación de elementos platerescos y culminación renacentista.


Arriba y abajo: comenzadas las obras a finales del siglo XV, testimoniadas durante la visita de la Orden de Santiago al lugar en 1.511 y alargadas al parecer hasta 1.538, a juzgar por la aparición de dicha fecha como año de finalización en el muro de acceso al coro, se cree actuaría sobre la misma el maestro cantero Juan García de las Liebes, quien sabría conservar el espíritu arquitectónico del último movimiento gótico alimentado por el renacer del clasicismo artístico, apreciándose soluciones renacentistas en una simbiosis estilística cuya mejor observación se puede obtener en la torre-fachada del monumento, donde el cuerpo bajo, primero y más amplio de los cinco de que consta tal portada (arriba), ofrece una entrada en gótico isabelino bajo arco carpanel coronado con conopial (abajo), custodiado entre ambos un arco trilobulado que acoge bajo dosel una marmórea imagen de la Virgen de la Consolación entre ángeles y rosarios de flores, guardada la composición por sendos contrafuertes labrados, como los muros en derredor suyo, con relieves geométricos, columnillas y ciegos arquillos angrelados.



Arriba y abajo: ascendiendo el segundo cuerpo de la torre-fachada hasta la altura de la nave central del templo, sobresale como decoración dentro de este espacio arquitectónico una colección de seis fustes en relieve, labrados y torneados (arriba), repetidos en par por el costado del evangelio, uno en el lateral torreño que da al muro de la epístola (abajo), centrando el conjunto un ventanal de trazas góticas donde sobresale la crestería de su balconada, repetido, ya en estilo plateresco, en el tercer cuerpo de la fachada, con ventana geminada bordeada con pilastras y coronada con escudo mariano predecesor de la cornisa que, sustentada por ménsulas, sostiene el cuarto cuerpo o campanario en sí, donde los arcos de medio punto anuncian la llegada del ideal clásico, repetido en el quinto espacio o templete campanero final, culmen de una obra que recuerda tanto al creyente como al viajero viandante, labrado en sus piedras y bajo la cornisa separatoria de los espacios secundario y terciario, que "Azuaga por su bondad me hizo, y con buen celo Dios le dé el reino del cielo" (AZUAGA POR SU BONDAD ME FIZO I CON BU-EN CELO DIOS LE DE EL REINO DEL CIELO. AMEN).



Arriba y abajo: llamando la atención la escasa decoración antropomorfa existente entre la ornamentación que puebla la torre-fachada de la parroquia azuagueña, una pequeña cabeza tallada asoma entre la crestería en relieve y decoración geométrica que puebla el cinturón que enmarca la portada del templo desde su esquina inferior derecha (arriba), observándose contrariamente abundancia de los motivos vegetales, protagonistas del panel central de la llamada Portada del Perdón o puerta de acceso al templo abierta en el lado del evangelio (abajo), donde al gótico isabelino se le suma un cordón franciscano bajo el arco escarzano de entrada, tomado según algunos autores del vecino y luso gótico manuelino, enriqueciendo estilísticamente una obra cuyo valor histórico y artístico le permitió ser declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, por Decreto 30/1993 de 23 de marzo, publicado en DOE nº 40 de 2 de abril de 1.993.