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martes, 4 de enero de 2011

Grabados rupestres de Los Barruecos


A apenas 14 kilómetros de la ciudad de Cáceres, y dentro del término municipal de Malpartida de Cáceres, se encuentra el que en 1996 fue declarado por la Junta de Extremadura Monumento Natural de Los Barruecos, un amplio paraje natural donde el agua, la geología, la flora e incluso la fauna se combinan, dando como resultado un paisaje inigualable donde descubrir, junto al frescor de sus charcas, un conjunto único de bolos graníticos, entremezclados sabiamente por la naturaleza en un laberinto donde perderse libremente para disfrutar de lo natural.
Si bien el visitante actual se sorprende y maravilla al llegar al lugar, no es de extrañar que el hombre de antaño, y desde tiempos remotos, decidiese hacer del mismo su hogar, dejándonos su huella arqueológica para enriquecer aún más esta joya. Así, entre berrocales, encontramos vestigios que van desde épocas postpaleolíticas, hasta fábricas contemporáneas, incluida una destacada colección de tumbas antropomorfas tardorromanas, que comentaremos en su momento.
Uno de los vestigios más antiguos, y que conformarían junto a diversas pinturas rupestres uno de los núcleos de arte rupestre postpaleolítico más importantes de Extremadura, son los grabados  rupestres, también conocidos como "cazoletas". Datados entre el Calcolítico y la Edad del Bronce, se trata principalmente de incisiones en la roca granítica, habitualmente a los pies de un bolo granítico, bien comprendidas por cavidades cóncavas sueltas (cazoletas), o bien unidas entre sí por surcos. Al parecer, según diversas opiniones y a la vista de hallarse restos ferruginosos en el interior de algunos de los huecos, podría tratarse de concavidades utilizadas para la metalurgia.


Arriba y abajo: imágenes generales de una de las rocas graníticas que mayor número de grabados guarda.


Aunque los grabados están ubicados a lo largo de todo el Monumento Natural, muchos de ellos son de difícil localización y visualización. Sin embargo existe una excepción, que es la que desde aquí quiero recomendar al lector y caminante, mostrada en estas imágenes. Concretamente se puede hallar con facilidad una roca granítica abundantemente grabada cerca del Barrueco de Abajo, en un conjunto berrocal separado del principal (Peñas del Tesoro), pero unido a una zona de aparcamientos habilitada para el visitante.


Arriba: detalle del panel mostrado en las imágenes superiores, donde se observan las cazoletas, los surcos, y los restos ferruginosos en una de las concavidades.

Cómo llegar:
Para llegar a esta zona debe seguirse el camino principal de acceso al Monumento desde el pueblo. Una vez llegados al cruce donde se localizan el Museo Vostell y el Centro de Interpretación, seguiremos adelante sin tomar ninguno de los dos desvíos, cuidándonos en adelante del ganado que puede pastar suelto junto a la vía. El mismo camino se curva hacia la izquierda, bordeando el Monumento, descubriendo no muy lejos una entrada a nuestra izquierda, preparada para poder acceder con el vehículo. Aquí, un camino nos lleva en línea recta y mirando hacia la charca, hasta un aparcamiento ubicado a la derecha y final del mismo. Justo en una esquina de éste, veremos un conjunto granítico, con varios bolos que la erosión ha decorado a base de taffoni (imagen inferior). Allí, en la roca granítica que sustenta una de estas gran moles de piedra, nos aguardan los grabados, cantándonos en su silencio la aventura de sus numerosos siglos de historia.



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