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domingo, 12 de octubre de 2014

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: Torre de los Mogollones, en las cercanías de Cáceres, en la Lista Roja del Patrimonio


No es la primera vez que este monumento aparece en el blog. En las entradas dedicadas a la Ermita de San Jorge (Cáceres), ubicada junto a esta atalaya, ya hablábamos de él. Durante agosto de 2.013 fue también la imagen del mes. Nos referimos a la Torre de los Mogollones, enclavada al suroeste de la ciudad de Cáceres, hirguiéndose sobre uno de los flancos de los sureños Llanos de Cáceres, a poca distancia de la carretera y camino natural que une ambas capitales provinciales extremeñas. Eclipsada en gran medida tanto por la ermita mencionada, así como por el Castillo de las Seguras, la Torre de los Mogollones, también conocida como Castillo de las Seguras de Abajo, es un monumento cuyo valor histórico y monumental debería brillar por sí solo. Sin embargo, esta antigua fortificación se encuentra actualmente abandonada, en desuso y principio de ruina. Es por tal motivo por lo que la asociación en defensa del patrimonio cultural español, Hispania Nostra, ha decidido incluir este inmueble dentro de su Lista Roja del Patrimonio, en pro de su protección y salvaguarda, para lo cual este blog ha tenido el honor de poder colaborar.

A continuación os dejo con el enlace a la ficha que sobre este bien figura en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra, tras el cual encontraréis información relacionada con la historia y detalles de este monumento, acompañada de imágenes que os sirvan para poder conocer mejor esta edificación histórica legada desde nuestro pasado, y que debería ser conservada para que pueda seguir nutriendo tanto en nuestro presente como en el futuro el extenso patrimonio histórico-artístico de nuestro país y región.




- Historia / descripción del bien:



Cuando, en 1.229, es reconquistada definitivamente la plaza de Cáceres a los andalusíes, se encontraba entre los capitanes más destacados de las tropas de Alfonso IX de León D. Hernando de Mogollón, el cual, asentado desde entonces en la localidad tomada, fundaría la Casa de Mogollón destacando dentro de ésta, en el siglo XV, D. Pedro Gil de Mogollón, regidor de Cáceres y dueño de la bautizada por tal como Dehesa de los Mogollones, situada al suroeste de la otrora villa y donde, junto a su hijo D. Alfón Gil de Mogollón, erigiría la torre de similar nombre a la finca donde se enclava, conocida en ocasiones como Castillo de las Seguras de Abajo para diferenciarse del Castillo de las Seguras de Arriba, ubicado éste más al norte y junto al camino natural que une Cáceres con Badajoz. Formarían parte ambos del denominado Poblado de las Seguras, núcleo de asentamientos medievales repleto de fortalezas y casas-fuertes a corta distancia unas de otras, entre las que no faltarían recintos religiosos tales como la Ermita del Salvador, más conocida como de San Jorge, donde las torres y castillos vigilarían, como en otras muchas fincas y dehesas repartidas entre la nobleza cacereña en todo el flanco sur de la localidad, los terrenos, posesiones, haciendas y explotaciones con que estaban dotadas las mismas. Heredada por parte de su madre, Dña. Leonor Alfonso Mogollón Gómez, la Torre de los Mogollones pasará durante el siglo XV a manos de D. Diego García de Ulloa Mogollón, apodado "el Rico", quedando de esta forma la atalaya vinculada al linaje de los Ulloa, de gran peso en la vida social y política del Cáceres de finales del medievo y comienzos de la Edad Moderna. Serán los Ulloa Torres los siguientes dueños del inmueble, de quienes pasará a los Duques de Fernán Núñez, que la venderán a la familia de los Higuero, a quienes sigue perteneciendo en la actualidad. Un miembro  de este último linaje, propietario igualmente del Castillo de las Seguras de Arriba, bautizado como D. Miguel Muñoz de San Pedro Higuero pero más conocido por su título como Conde de Canilleros, será quien en el siglo XX tome para sus posesiones más norteñas el escudo de los Mogollones que, sobre la puerta de arco apuntado que da paso a la torre, lucía el emblema de la familia constructora, alojando en su lugar un blasón marmóreo de los Ulloa, que aún hoy corona la portada, abierta en su flanco sur y bordeada de sillares graníticos. Sillares regulares serán también los que sostengan las esquinas de la robusta atalaya, limitando éstos así mismo los vanos abiertos en sus fuertes muros de mampostería, algunos con asientos corridos en su interior. También graníticos serán los caños que despidan el agua de lluvia, y las ménsulas que, en grupos de tres (dos en el flanco occidental), sostendrán los cuatro matacanes que bordean la torre repartidos entre los laterales izquierdos superiores de cada uno de sus cuatro lados (en el muro sur, en el punto medio del mismo). Junto a ellos, una fila de canecillos bordea la coronación del edificio, decorados con bolas propias del arte dado durante el reinado de los Reyes Católicos, que nos haría pensar en el añadido de éstos una vez el bien en manos de los Ulloa. 

Abajo: la Torre de los Mogollones presenta su interior dividido en tres plantas, accediéndose a la primera de ellas desde una planta baja a través de unas amplias escaleras (imagen izquierda) que ceden, ya en el primer piso, su turno a unas estrechas escaleras de caracol (imagen derecha), único medio de poder ascender a las dos plantas restantes, así como al tejado de la misma.

 
Destruido parte del inmueble durante las ofensivas portuguesas lanzadas contras estas tierras mientras tenía lugar la Guerra de Restauración entre España y el país vecino, a mediados del siglo XVII, la estructura actual del interior del edificio responde a la adecuación del mismo, lejos ya de su destino militar, como zona residencial y parte de la explotación agropecuaria que en el lugar, junto a otras dependencias anexas a la torre y circundantes a la misma, se ha llevado a cabo hasta pocos años atrás. Así, cuenta la torre con tres plantas más la que es baja, única ésta en todo el inmueble en poseer bóveda de medio cañón sobre arcos escarzanos, rematando su estancia principal. Nacen en la esquina nororiental de este bajo piso las actuales escaleras, cegadas otras anteriores, que suben hacia la planta siguiente, accediéndose a las restantes, todas ellas con suelo de madera y divididas en dos estancias, septentrional y meridional respectivamente, a través de una escalera de caracol fabricada con sillares graníticos que, ubicada en la esquina noroccidental de la torre, permite el acceso no sólo a las plantas segunda y tercera, sino también al tejado de la atalaya, a dos aguas y cubierto de placas de uralita sobre madera tras eliminar la terraza original del edificio, al que se sale una vez alcanzada una linterna de ladrillo que remata la estrecha escalinata.

Abajo: aspecto que presentan en la actualidad las plantas primera, segunda y tercera, respectivamente, de la Torre de los Mogollones, de gruesos muros pero ruinosos techos de madera que sirven a su vez de suelo de las plantas superiores y sustén del tejado final, carcomida y desprendida en ciertos puntos, haciendo peligroso el deambular por el interior del inmueble, dependiendo también de su aguante el aceleramiento de la ruina del monumento.




- Cómo llegar:

A finales de julio de 2.013 publicaba, a petición de varios lectores y seguidores del blog, una entrada extra dedicada a la Ermita de El Salvador, más conocida como de San Jorge, a través de la cual daba indicaciones precisas sobre cómo poder acceder a este monumento. Llegar a la Torre de los Mogollones, enclavada junto a la ermita señalada, sería posible siguiendo esos mismos pasos, dejándoos por tal motivo y a continuación con el enlace que os lleva a la información señalada y ya publicada en el blog:


La Torre de los Mogollones se conserva en total abandono y ruina progresiva, por lo que, en caso de decidirse por adentrarse en su interior, se recomienda enérgicamente desde este blog tomar la mayor de las precauciones posibles. Su entramado de madera interior, sustén de suelos y techos de plantas superiores, se mantiene en mal estado, haciendo que el andar por los pisos altos sea harto peligroso. La escalera de caracol y vía de comunicación entre plantas, a su vez, presenta abundantes grietas en su estructura pétrea, siendo así también muy recomendable subir con sumo cuidado las mismas, en caso de tomar la decisión de adentrarse por ellas.

Abajo: vista de la Ermita de El Salvador, más conocida como de San Jorge, desde la Torre de los Mogollones, aunténtica atalaya desde la cual poder observar no sólo este antiguo bien religioso, sino además los campos de las Seguras, parte de los Llanos de Cáceres e, inclusive, la propia capital provincial.



La Torre de los Mogollones, de titularidad particular, se ubica en el interior de una propiedad privada. En caso de desear visitar el monumento, lanzamos desde este blog una serie de recomendaciones a tener en todo momento en cuenta:

1) Respetar en todo momento las propiedades de la finca, como vallados o cercas, intentando no salirse de los caminos marcados.
2) Respetar la vegetación y cultivos de la misma, sin realizar ningún tipo de fuego ni arrojar basura alguna.
3) Respetar al ganado que habitualmente hay pastando en la zona, y en caso de encontrarse con animales que lo protejan, no enfrentarse a los mismos.
4) Si observamos que se están practicando actividades cinegéticas (caza), abstenernos de entrar.
5) Si nos cruzamos con personal de la finca o nos encontramos con los propietarios de la misma, saludarles atentamente e indicarles nuestra intención de visitar el monumento, pidiendo permiso para ello. En caso de que no nos lo concediesen, aceptar la negativa y regresar.

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