sábado, 15 de octubre de 2016

Castillo de Mayorga, en San Vicente de Alcántara: álbum fotográfico


Arriba: ruinosa y muda silueta la que al anochecer recortan los vestigios del Castillo de Mayorga sobre la mole pétrea que corona una de las colinas que, dependientes de la Sierra de San Pedro, se alzan dentro del término municipal de San Vicente de Alcántara.

Cuenta a través de su "Diario Bellico" Fra Domingos da Conceiçào, capellán portugués enrolado en el ejército luso que, capitaneado por el marqués de Minas, entraría en España tomando parte junto a los aliados y contra los borbónicos en la Guerra de Sucesión, que el 2 de abril de 1.706, tras dejar atrás Alburquerque y antes de alcanzar San Vicente de Alcántara, fueron a "acampar a un sitio que llaman castillo de Mayorga, localidad desierta y despoblada, y solo por la parte del puente en un alto hay vestigios de un castillo del que el sitio toma el nombre". Una visión tomada de la fortaleza sanvicenteña a comienzos del siglo XVIII durante una nueva guerra que llevaría a los portugueses a adentrarse en territorio español, de similar manera a como, apenas medio siglo antes, había acontecido cuando los lusos decidiesen declarar, en 1.640, la independencia con respecto de sus vecinos ibéricos. Mayorga, entonces, sí había jugado un papel en la contienda, pagando el monumento con su propia existencia el apostarse como vigía de las tierras castellanas ganándose por tal motivo la animadversión de las tropas lusas que, en su retirada de tierras extremeñas decidieran destruirlo en su vuelta hacia el país de origen.


Arriba y abajo: visiones generales de las ruinas del castillo de Mayorga, donde pueden apreciarse los flancos menores del rectángulo que conforma su planta, orientados respectivamente hacia el sudeste (arriba) y noroeste (abajo), mientras que los lados mayores sirven como puerta de acceso, en la zona norte, así como de parapeto frente al enemigo portugués, en su costado meridional.


Los destrozos ejercidos sobre el castillo sentenciarían de tal forma la vida del monumento que, tres siglos y medio después, aún el mismo se mantiene en ruina desde los roquedos que, al sur de la localidad de San Vicente de Alcántara, nacen en una de las colinas que conforman las estribaciones de las Sierras del Castaño y de la Caraba, dependientes de la amplia Sierra de San Pedro en la sección de la misma que atraviesa el término municipal del que fuera antaño aldea valenciana. Su abandono, mal estado de conservación y riesgo de derrumbe y desplome de las construcciones persistentes llevaron a Hispania Nostra a incorporar el inmueble dentro de la llamada Lista Roja del Patrimonio, donde se incluyen periódicamente los monumentos y bienes españoles en peligro de modificación sustancial, destrucción o desaparición total.

"Extremadura: caminos de cultura" tuvo el honor de colaborar en tal inclusión, tal y como se anunció desde el propio blog en agosto de 2.013:



A la aportación de datos no pudo sumarse, sin embargo, la contribución de imágenes del monumento, debido a la escasez de aquéllas que, tomadas personalmente del bien in situ, se manejaban por parte de esta página. Sin embargo, una nueva visita al lugar acontecida pocas semanas atrás permite ahora suplir esa falta, proporcionando material fotográfico suficiente como para poder ofrecer al lector un generoso álbum fotográfico con el cual poder ilustrar el conocimiento de esta fortaleza, al que añadiremos, como apéndice, los referencias necesarias para poder llegar al castillo, con el afán de poder ayudar así a todo aquel que decida visitar los vestigios de este edificio en persona, siempre en pro de un mayor conocimiento del inmueble, de nuestro patrimonio, de nuestra historia y de nuestra tierra.

CASTILLO DE MAYORGA (SAN VICENTE DE ALCÁNTARA): ÁLBUM FOTOGRÁFICO

- Puerta de acceso, muro y dependencias norteñas:


Arriba y abajo: bajo arco de medio punto rebajado, la puerta de entrada al castillo de Mayorga sigue en pie, defendida tanto por los más de tres metros de espesor del muro donde se abre, como por la firmeza de las paredes que conforman el flanco norte del edificio y que custodiaban el camino de acceso al mismo, paralelo a las líneas defensivas (abajo).



Arriba y abajo: los daños ocasionados en la cara externa de la portada del recinto permiten observar los materiales de construcción del inmueble, con fábrica basada en la mampostería pétrea (arriba), contraponiéndose esta ruinosa visión con la que, tras caminar bajo la bóveda de cañón que corona el acceso, nos da la cara interna de la entrada, en apreciable buen estado de conservación, donde es la piedra en una especie de sillarejo la que dibuja la serie de dóvelas que conforman el arco (abajo).



Arriba y abajo: tras introducirnos en el castillo a través de su puerta de entrada, se alcanza lo que posiblemente fuera patio de armas y punto central y de acceso al resto de dependencias de la fortaleza, rodeadas todas de un sólido muro defensivo que, en el flanco norteño, sigue custodiando la llegada, adivinándose junto a la portada, planeada en recodo, las que fuesen escaleras de subida al adarve que la coronoba y protegía.



Arriba y abajo: aunque sea la desolación la que impera actualmente en el interior del monumento sanvicenteño, puede aún el visitante acertar a dibujar el diseño de algunas de las dependencias con que pudiera haber contado el edificio, y de las cuales en ciertos casos se sabe de su antigua existencia, como aquéllas destinadas al uso diario de las tropas cuyos vestigios pudieran corresponder con los restos de estancias que se adivinan entre la puerta de acceso y la esquina noroccidental del recinto.



- Esquina suroccidental y adarves adyacentes:


Arriba y abajo: conforman el flanco occidental del rectángulo que marca el plano del castillo no sólo las posibles dependencias que se mantenían anexas al muro norteño, sino además un adarve que, en "L" y discurriendo entre los laterales del poniente y sur, coronaba la muralla de cierre del monumento en su esquina suroccidental, hasta alcanzar el edificio cuyos vestigios aún se conservan y yerguen en el rincón más meridional del bien.



Arriba y abajo: dos aspilleras, con su característico abocinamiento o estrechez externa en expansión hacia el interior, se conservan en el parapeto que defendería el adarve occidental, sustentado sobre el fornido roquedo sobre el que se asienta gran parte del monumento.






Arriba y abajo: hasta alcanzar la edificación ubicada en la esquina suroriental de la fortaleza, el adarve que nacía en el flanco occidental se prolongaba por el lateral sur, defendido su camino de ronda por pétreo parapeto, posiblemente almenado y horadado a través de una serie de saeteras desde las que defender la plaza de posibles enemigos, apenas conservada la defensa militar pero pudiéndose aún disfrutar desde la preservada balconada las espléndidas vistas que de las colinas, valle y tierras cercanas se ofrecen.






- Torre o edificio de la esquina suroriental:


Arriba: en derredor del patio central, al que se abría una desaparecida galería porticada de doble altura, se disponían además de dependencias y piezas militares las torres con que disponía el interior del inmueble, registrados del nombre de ellas así como conociéndose los datos de ubicación de cada una, como los llamados Cubo de la Mazmorra, arrimado a la puerta de acceso, la Torre del Aljibe, o el conocido como Cubo del Horno, junto al muro de Poniente y frente a la portada principal, quizás en el punto en que hoy se halla una estructura semicircular que aún persiste en la parte media del castillo, y que pudiera imaginarse el visitante como antiguo horno del enclave.

Abajo: se dice que la Torre del Homenaje del castillo de Mayorga se alzaba junto a la muralla del Mediodía, entre los flancos occidental y levantino, siendo interpretados como parte de tal edificio los vestigios conservados en la esquina suroriental de la fortaleza, por la calidad de sus muros y ornamentación esgrafiada, sin que en realidad pueda asegurarse la pertenencia  a una pieza concreta del castillo de estas particulares ruinas.



Arriba y abajo: dividida en varias secciones y compuesta de dos plantas más sótano, parcialmente enterrado entre escombros del propio monumento parte de los dos pisos más bajos, el edificio o torre conservada en la esquina suroriental se presenta, en su ruina, como una de las zonas mejor conservadas del castillo, apreciándose entre los malogrados muros restos del lucido y encalado de las estancias, arranque de bóvedas de cañón de ladrillo de las cubiertas, vanos ligeramente abocinados y restos de ricos esgrafiados ornamentales, como los persistentes en una llamativa ventana con asiento corrido, siguiendo la característica y abundante moda decorativa que preponderaba en las construcciones y reformas arquitectónicas  llevadas a cabo en la Extremadura de la Edad Moderna.
















 - Flanco oriental:



Arriba y abajo: alcanzando la que se ha imaginado como torre del Homenaje la esquina suroriental del castillo (arriba), es el ancho muro sobre el que se asentaban las paredes externas del edificio torreño el que se prolonga por el flanco oriental de la fortaleza, defendido, desde el rincón más levantino, por un potente torreón que aún se mantiene en pie como defensa y vigía del inmueble (abajo).



Arriba y abajo: mientras que en la esquina suroriental del castillo se conservan los mejores restos de lo que fuese el original conjunto, en la zona noreste de las ruinas los escasos vestigios se presentan dispersados y enterrados entre cascotes, vegetación y maleza, pudiendo corresponder sus elementos a otra u otras de las torres con que un día contó la fortaleza.




Abajo: compuesto por tres cuerpos macizos que se sobreponen, un potente torreón guarda los flancos de menor protección natural de la fortaleza en la esquina más oriental del recinto, edificado sobre un roquedo donde llama la atención del visitante el pozo labrado en la roca viva, oquedad que pudiera haber servido de almacenamiento y sustento acuífero a las tropas, así como lo fue después del abandono del castillo de diversas fábulas y leyendas que apuntaban a la salvaguarda en su interior de un "becerro de oro", explorado el interior de la cavidad constantemente por aquellos vecinos convencidos de la certera existencia del tesorillo.






Arriba y abajo: unido al resto del castillo por el muro levantino de cierre y defensa del mismo (arriba), el torreón oriental ofrece aún hoy en día desde lo que fuera su terraza magníficas vistas de los contornos y comarca, alcanzando la mirada, si la dirigimos hacia el sureste, la localidad de Alburquerque y su Castillo de Luna (abajo), fortaleza junto a la cual, y sumándose a tal acometido el castillo de Piedrabuena, defenderían las fronteras castellanas y españolas de posibles incursiones portuguesas en tales tierras rayanas extremeñas.


- Cómo llegar:


Al Sur de la localidad de San Vicente de Alcántara, cercana a la frontera con Portugal y en los límites de la provincia de Badajoz con su hermana cacereña, la Dehesa de Mayorga atesora en su interior el castillo del que toma el nombre. El acceso a la misma se realiza principalmente desde el kilómetro 11 de la carretera de unión entre el municipio sanvicenteño y La Codosera. En esta vía, denominada BA-132, se indica en tal punto kilométrico y a través de sendos paneles informativos, ubicados en cada sentido de la calzada respectivamente, la presencia del castillo, tomando para llegar al mismo el camino público que desde este enclave se dirige, encaminado hacia el Noroeste, a la pedanía valenciana de Alcorneo. Tras sobrepasar dos pasos canadienses, observaremos la silueta del castillo frente a nosotros e izquierda del sendero. Acercándonos al mismo, dejando atrás una explotación agraria y vivienda, una vereda se dirige hacia la colina donde se asienta el monumento. El nuevo camino, que alcanza el valle que el castillo de Mayorga vigila, discurre junto a la verja de entrada a la finca donde se asienta el bien, figurando junto a ella un nuevo cartel que vuelve a anunciarnos la existencia de la fortaleza. El acceso a la propiedad en pro de la visita del monumento está permitido. El camino que encontraremos frente a nosotros sube hacia el antiguo recinto militar, si bien es recomendable dejar aparcado el vehículo en la zona baja, no lejos de la entrada, dado el mal estado del firme del sendero de subida.

El castillo de Mayorga es de titularidad privada y los terrenos donde se asienta son de dominio particular. En caso de que el lector decida adentrarse en la misma, lanzamos las siguientes recomendaciones:

1) Respetar en todo momento las propiedades de la finca, como vallados o cercas, intentando no salirse de los caminos marcados.
2) Respetar la vegetación y cultivos de la misma, sin realizar ningún tipo de fuego ni arrojar basura alguna.
3) Respetar al ganado que habitualmente hay pastando en la zona, y en caso de encontrarse con animales que lo protejan, no enfrentarse a los mismos.
4) Si observamos que se están practicando actividades cinegéticas (caza), abstenernos de entrar.
5) Si nos cruzamos con personal de la finca o nos encontramos con los propietarios de la misma, saludarles atentamente e indicarles nuestra intención de visitar el monumento, pidiendo permiso para ello. En caso de que no nos lo concediesen, aceptar la negativa y regresar.

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