jueves, 31 de diciembre de 2020

Tiempo

 

 Tiempo.

 

Cuán veloz, fingiéndote lento.

Fingiendo ser atento,

no atiendes a lamento

alguno. Sin bondad,

te ofreces impertérrito.

 

Tiempo.

 

Eres viento.

Tu inflexible soplo levará

todo ser. Todo elemento.

Erosionas hasta mecer

pavesas del creído recio.

 

Tiempo.

 

Inerme ante ti,

permíteme al menos

surcar tu regazo

junto a mis recuerdos.

 

Que el tiempo nos permita poder disfrutar juntos, descubriendo y saboreando nuestra región, un año más.

¡Feliz 2.021!

 

Samuel R.C.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Imagen del mes: Portada de la Casa del Patio, en Talarrubias

 

Destacando sobre el desnudo encalado que luce el resto de la fachada, una portada de factura barroca protagoniza el frontal de la conocida como Casa del Patio, abierta sobre la céntrica avenida de Extremadura dentro del corazón poblacional talarrubiano, hoy propiedad consistorial, antaño presunto convento franciscano cuyo emblema monástico centra el panel cerámico que corona el dintel de la puerta de entrada,  superpuesto sobre éste a su vez un pequeño retablo en azulejos protagonizado por la Virgen María en su acepción como Inmaculada Concepción, eje de una composición arquitectónico-ornamental donde la azulejería es protagonista, usada igualmente ésta en los dos escudos que cierran en sendas esquinas supremas el diseño, así como sobre la cornisa y dentro de los tímpanos del frontón bipartido que sobre pilastras istriadas enmarcan el portón, siguiendo un dibujo donde la simbiosis entre la riqueza compositiva, la evolución de las formas clásicas, el triunfo del catolicismo contrarreformista y la publicidad nobiliaria, junto al empleo de un material económico, recuerda el gusto y el desarrollo del arte Barroco en la España post-imperial.

Talarrubias (Badajoz). Siglo XVIII; arte barroco. 

 

Arriba y abajo: siguiendo modelos ofrecidos en otras muchas portadas edilicias religiosas de la época, la Casa del Patio talarrubiana, presuntamente primitivo convento franciscano inserto dentro del casco urbano de tal población siberiana, llamado popularmente bajo esta nomenclatura por dar acceso su fachada a un patio interior, posible antiguo claustro del monumento, retoma aquella idea arquitectónica que presenta el inmueble conventual enmarcado entre columnas (arriba), pilastras en realidad, bases de un fingido entablamento sobre el que quedaría supeditado un frontón partido, abierto en pos del alojamiento de un también simulado híbrido entre espadaña y hornacina, sede de un pequeño retablo cerámico mariano compuesto de piezas cuadrangulares de 14cms. por lado, coronado con arco escarzano sobre el que descansan sendos pináculos laterales y céntrica cruz latina, rezando bajo él la epigrafía que ilustra al espectador, viandante o visitante sobre la compañía que regenta el lugar, Hermandad General del Reverendo Padre San Francisco, cumplimentada con sendos escudos de la orden monástica franciscana, figurando dentro del mismo epígrafe el blasón de las cinco llagas o heridas sangrantes de Cristo, así como bajo él, inserto en un gran panel cuadrilobulado enmarcado entre molduras y volutas (abajo), la divisa donde el brazo del santo fundador se entrecruza con el de Cristo,  compartiendo estigmas frente a la cruz los considerados primer y segundo Jesucristos, coronado el distintivo y bordeado con cordón franciscano, ocupando un espacio rectangular bordeado a la par por una serie de angelotes así como representaciones florales, lirios y azucenas, donde, sin olvidar la simbología mariana que ofrecen éstos, los tonos amarillos, verdosos, azulados y ocres permiten resaltar la labor ceramista por su colorido frente al blanco inmaculado del frontal del vetusto cenobio.

Abajo: repitiéndose dentro del panel cerámico la misma arquitectura, a base de pilastras y arco depositado sobre ellas, que en el exterior encuadra la obra pictórica, aparece centrando la ornamentación que presenta la talarrubiana Casa del Patio una imagen de María como Inmaculada Concepción ascendiendo a los cielos supeditada por el Espíritu Santo en forma de paloma blanca, acompañada de una corte celestial conformada por angelores y querubines, ofreciéndose, tal y como se creyó era descrita en el versículo 1º del duodécimo capítulo del Apocalipsis de San Juan, con la luna bajo sus pies e investida con aureola de estrellas, vestida a su vez con los tonos azulado y blanco que harían referencia respectivamente a su pureza y eternidad, rodeada la que fuese tomada como patrona por la orden franciscana en 1.621, de diversos elementos y simbología o armas marianas, nacidos fundamentalmente de las letanías o rogativas a la Madre de Dios, tales como la palmera -pináculo izquierdo-, la ciudad -base de la cruz de coronamiento-, la nave del mar  -pináculo derecho-, sol y luna - bases de las pilastras-, dispersos otros muchos de éstos entre la serie cerámica del entablamento y los paneles de azulejería que cumplimentan los espacios internos del partido frontón (abajo, siguientes), adivinándose en el friso, a la izquierda de la epigrafía de presentación de la casa, la fuente, la luna, el lirio y la estrella, con el pozo, el árbol, el ciprés, la rosa, la escalera de Jacob y nuevamente el sol, la ciudad y la nave del mar en la porción de tímpano que supedita este enclave de la portada (abajo, imagen tercera), observándose en el espacio paralelo el espejo, nuevos pozo, fuente y luna, o sendos huertos o jardines cerrados que, junto a la torre y la puerta o puente figuran por duplicado (abajo, imágenes cuarta y quinta), claro ejemplo de la amplia publicidad y férrea defensa de la advocación concepcionista llevada a cabo por los seguidores de San Francisco de Asís a través de su prédica, ya fuese haciendo uso para ello, como en el caso de Talarrubias, del arte depositado sobre la portada de su propia casa.

 

 

Arriba y abajo: cumplimentando el diseño arquitectónico, siguiendo el paralelismo que a partir de la puerta de acceso se da en todo el frente de la obra, además de los elementos que constituyen la composición clásica, como el pareado de columnas o las volutas sobre régula y gotas que las superponen, o los vanos abiertos al espacio público ofrecidos también en dúo y práctica simetría, así en ojos de buey junto al frontón, ventanales rectangulares enrejados cercanos al pie de calle, destacan hermanados en sendas esquinas superiores dos marcos cuyos interiores albergan llamativos ejemplares heráldicos timbrados con cascos (arriba), nuevamente en coloridos paneles cerámicos atribuidos, como el resto de obra en azulejería, a algunos de los talleres que dedicados a esta industria artesana se enclavasen en la Sevilla barroca dentro del barrio de Triana, próximo según diversos autores al artista ceramista bautizado como Maestro de Palma Gallarda, bien proviniendo de su mismo alfar o de alguno relativo a su círculo creativo alrededor de los años 20 del siglo XVIII, fecha en que se eregiría la casa para la que la obra pictórica fuese destinada, bajo posible mecenazgo de las familias nobles allí mismo representadas, correspondiendo el blasón sito a la izquierda del espectador a la familia Arias Ribadeneira Zúñiga, asentada por tal fecha en la localidad talarrubiana, siendo D. Sebastián de Arias Ribadeneyra nombrado capellán del Duque de Béjar, señor éste, poseedor a su vez del título de Vizconde de Puebla de Alcocer, del lugar, dándose así una relación señorial entre ambas localidades que muy posiblemente también se ejerciese en lo religioso, levantado en el siglo XVI en la Puebla un convento franciscano bajo la advocación de Santa María de la Paz, más conocido como de San Francisco, dependiente de la Provincia de los Ángeles que fundase a fines del siglo XV Fray Juan de la Puebla, vinculada fundamentalmente con localidades del Norte de las provincias de Córdoba y Sevilla cercanas a Belalcázar, de donde el reformador llegase a poseer antes de su conversión monacal la propiedad del título condal, pudiendo depender el inmueble monacal talarrubiano del convento alcocereño, quizás abierto más el primero como casa-enfermería franciscana que como propio cenobio de la orden en sí, llamando la atención, además de la no constatación de fundación franciscana en el lugar, la respuesta remitida desde la localidad talarrubiana ante el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura de 1.791, negando la existencia de convento alguno en la población, confirmando sin embargo la presencia de un hospital, corriendo quizás finalmente la Casa del Patio la misma suerte que el convento de la Puebla, víctima del proceso desamortizador que acabaría en el siglo XIX con la práctica totalidad de inmuebles monacales a nivel tanto regional como nacional.

Abajo: si bien el uso de la azulejería en portadas y exteriores de edificios erigidos bajo las directrices del arte Barroco es ampliamente empleado, dentro de la Península Ibérica, en tierras portuguesas, despuntando en España en zonas como la andaluza, aunque no sea Extremadura una región que destaque en este respecto en el panorama nacional, ejemplares como el preservado en la Casa del Patio talarrubiana permiten poder saborear dentro de nuestra comunidad una extraordinaria pieza sin que el muestrario, sin embargo, se quede en Talarrubias, pudiéndose descubrir la utilización de azulejería y paneles cerámicos en diversas portadas barrocas instaladas a lo largo de nuestra geografía, vinculadas tanto a edificios civiles o palaciegos, como a otros de variado uso religioso, observándose en la misma comarca de La Siberia e inmediata localidad de Puebla de Alcocer el empleo del azulejo como ornamentación en dos obras edilicias fechadas entre los siglos XVII y XVIII, conocidas como casas de los Arévalo y de los Chacones (abajo, y siguiente), sitas en las calles San Francisco y Pedregosa respectivamente, repitiéndose el uso del frontón partido sobre entablamento y pilastras visto en el primitivo cenobio talarrubiano, también dado en la igualmente Casa de los Chacones, o popularmente del Conco, dentro del casco histórico de Herrera del Duque (abajo, imagen tercera), ubicada en la calle de San Juan y vinculada con la Encomienda de Alcántara, coronada su fachada con dos azulejos heráldicos, pertenecientes respectivamente a la Orden franciscana -simbiosis entre sus dos blasones- y al Santo Tribunal de la Inquisición -sobre cruz dominica-, custodiando éstos un retablo cerámico dedicado, tal y como se hace mención en el mismo, a la Virgen del Rosario -Regina Sacratissimi Rosari ora pronobis-, representada María como Theotokos acompañada de Santo Domingo de Guzmán y un orante -posible mecenas de la obra-, observándose no lejos de allí, en la herrereña calle Convento y portada abierta a los pies de la antigua iglesia del que fuese Convento franciscano de la Purísima Concepción, dos paneles de azulejería barroca más (abajo, imagen cuarta), centrados respectivamente cada uno por sendos emblemas representativos de la Orden fundada por el santo de Asís.



Abajo: permitiendo los modelos de Talarrubias, Puebla de Alcocer y Herrera del Duque situar La Siberia extremeña en cabeza a la hora de examinar el uso de la azulejería como ornamentación entre las portadas diseñadas o cumplimentadas bajo las directrices del arte Barroco de nuestra región, el resto de ejemplares, sin que falten muestras en la provincia de Cáceres, así en la ermita de San Antonio de la Quebrada, reformada a partir del siglo XVII e inscrita dentro del primitivo barrio judío intramuros de la capital provincial (abajo), florecen progresivamente según se acorta la distancia con la frontera andaluza, siendo posible contemplar en la calle Mesones de Azuaga, sin olvidar la estrella y el panel que en el nº 59 de igual vía luce blasón ocupado por la cruz de la Orden de Predicadores o dominica, una reseñable muestra del uso del azulejo barroco en la fachada numerada con el número 55 (abajo, siguiente), donde el arte de algún posible alfar trianero se exhibe no sólo en el zócalo a pie de calle o en aquél friso inscrito en la cenefa ubicada bajo la cornisa que corona el frontal, sino fundamentalmente en dos retablos cerámicos que culminan la puerta de acceso a la casona, ocupado con elaborada heráldica el izquierdo, mostrando el derecho nuevo escudo familiar junto a la representación de María entronizada, siendo Santo Domingo de Guzmán quien, también dentro de la Campiña Sur, portando libro, azucenas y báculo con estandarte, acompañado de perro con antorcha encendida en su boca, ocupe la hornacina que dentro de un frontón partido y bajo la espadaña del lugar, centre la portada barroca de acceso a la ermita dedicada a tal santo burgalés en la localidad de Berlanga (abajo, imagen tercera), si bien será en Jerez de los Caballeros, cuyo antiguo Hospital de enfermos pobres luce sobre su dintel un azulejo, atribuido como la obra talarrubiana al círculo del trianero Maestro de Palma Gallarda, dedicado a San Miguel Arcángel triunfante sobre el maligno (abajo, imagen cuarta), donde podamos apreciar el que es posiblemente mejor ejemplo de contribución del azulejo a la portada barroca en Extremadura, llamando la atención dentro del retablo que presenta el acceso a la parroquia de San Bartolomé (abajo, imágenes quinta a séptima), los cuatro grandes paneles cerámicos que, como en Sevilla pudiera verse en el frente de la iglesia del Hospital de la Caridad, destacan por su dibujo azulado sobre fondo blanquecino mostrando, de izquierda a derecha y arriba a abajo, a San Antonio Abad, San Diego de Alcalá, San Antonio de Padua y San Francisco de Asís, sin que falten otras representaciones religiosas cerámicas cumplimentando el diseño arquitectónico, advirtiéndose entre baldosines ocupados por aves, flores, astros, cabezas femeninas o escenas que recuerdan a aquéllas llamadas de género, dos estampas de San José con el Niño, así como de la Virgen de la Candelaria, figurando el corazón agustiniano sobre el pétreo angelote que, labrado en el dintel de entrada, saluda al feligrés que dirige sus pasos hacia el interior de uno de los principales templos de la localidad.

lunes, 30 de noviembre de 2020

Imagen del mes: Torreón de Zahínos

 

Enclavada en un rincón primordial de la población zahinera, entre el palacio consistorial y la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, anexa a la neurálgica plaza de Extremadura, de la que fuese fortaleza de la población apenas resta hoy en día el torreón cilíndrico, para muchos primitiva torre del homenaje de tal castillo, que defendiese la esquina nororiental de la fortificación que, sobre un altozano inscrito en plena estribación noroccidental de Sierra Morena, protegiese los límites del reino castellano en su cercanía a la vecina frontera lusa, paulatinamente desmantelado hasta restar a finales del siglo XVIII solamente la actual atalaya, emblema primordial del patrimonio histórico de la localidad.

Zahínos (Badajoz). Finales del siglo XV-inicios del siglo XVI (posible reconstrucción ejecutada sobre presunta fortaleza de fábrica templaria previa); estilo gótico.

Arriba: con 12,75 metros de altitud, y 29,50 metros de perímetro, sobre planta circular instaurada sobre podium se eleva recio, aunque no macizo, el torreón de Zahínos bajo un imponente aspecto castrense que nos permite verificar, a pesar de haber quedado desprovisto paulatinamente y hasta su totalidad de toda arquitectura militar contigua -ya aislado y en propiedad de Dña. Florencia Pizarro Piccolomini de Aragón y Herrera, III marquesa de San Juan de Peñas Albas, en el momento en que se realizase, en 1.791, el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura-, su inclusión dentro de una primitiva fortaleza que defendiese el lugar, mencionada por primera vez en la escritura de particiones que en 1.510 cumplimentase el testamento otorgado en 1.504 por D. Juan de Sotomayor, II Señor de Alconchel y primer poseedor del mayorazgo que relativo a tal Señorío fundase su padre, D. Gutierre de Sotomayor, tras recibir por parte del monarca Juan II la villa de Alconchel junto a la Dehesa de Zamoreja y el lugar de Zahínos, impulsándose entonces la colonización de un enclave hasta ese momento carente de población, interesándose por tal motivo la elevación de un edificio defensivo del caserío que comenzase a erigirse entre fines del siglo XV e inicios del siglo XVI, quizás reaprovechándose los vestigios de algún otro inmueble de similares características con que los Templarios, custodios iniciales del lugar tras la Reconquista, salvaguardasen la zona de incursiones lusas que amenazasen la cercana Jerez, urbe capital dentro del Baylío por tal Orden regentado.

 Abajo: escoltando posiblemente una desaparecida puerta de acceso a la población, inscrita entre el torreón y la inmediata parroquia del lugar, la subsistente torre zahinera contaba como defensa propia no sólo su sobria constitución, a base de pétrea mampostería, sino también la elevación muy por encima del nivel del suelo de la puerta de acceso desde el exterior a la misma -con accesos internos a través al parecer de diversas galerías subterráneas-, siguiendo una conocida costumbre edilicia castrense, hoy salvado el desnivel gracias a una escalera metálica que bordea parte del inmueble por su cara suroriental, eliminado el edificio que por esta zona unía el monumento a las casas consitoriales, dando paso desde el portón enmarcado entre piezas de granito y arco escarzano al piso intermedio de los tres en que se divide el espacio interno de la que, por tal motivo, fuese considerada torre del homenaje o donjón del primigenio castillo, dispuesto en su planta baja un amplio espacio destinado a calabozo, almacén, bodega o caballerizas, comunicado el superior por escalera con la terraza que supedita la bóveda de coronamiento de la atalaya, convertida tras la restauración del edificio en mirador de la localidad, como antaño fuese otero desde el que poder vigilar los contornos ante posibles huestes enemigas.


Abajo: contrario al ventanal que supedita la elevada puerta de acceso al torreón por su planta intermedia, como éste y mencionada portada muestra el vano que mira hacia la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios sus contornos entre piezas graníticas, a modo de alféizar, jambas y dovelas, recuperado éste tras haber servido tal punto concreto del edificio, desde su colocación en 1.808, como puesto expositivo del reloj público que permitiese conocer la hora a los lugareños, bautizado por tal motivo como Reloj de la Villa, desaparecido pocos años atrás mientras se conservaba, por el contrario, la espadaña con única campana que sobre la terraza lo coronase, también respetada la posterior balaustrada latericia que en derredor de ésta salvase del vacío a los que, tras rehabilitarse el inmueble, llegasen a ella, ornamentada pautadamente con florones a lo largo de su pasamanos, preservada igualmente como sencilla decoración de la obra el esgrafiado que rodeando las piezas pétreas que componen la mampostería sobre la que se eleva la torre, aún puede apreciarse en diversos paneles murales de la atalaya.

lunes, 23 de noviembre de 2020

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: Alcazaba, del Proyecto Audiovisual Extrema Dorii

 

Algún tiempo atrás, Jesús López Gómez (amigo personal y colega bloguero, autor del imprescindible espacio en la red Extremos del Duero), deseoso de impulsar el Proyecto Audiovisual Abierto Extrema Dorii, propuso la creación de una obra poética que cantase al pasado musulmán de Badajoz. De aquel planteamiento surgiría por parte de Samuel Rodríguez Carrero el poema "Badajoz musulmana", que podréis leer íntegramente bajo estas líneas. A fin de acoplarlo a una apropiada creación musical, la poesía sería adaptada dando como resultado el texto de "Alcazaba", voz de la obra que hoy se enorgullece en presentar Extrema Dorii, ampliando con ella la labor ejercida por este movimiento cultural, especialmente en pro del conocimiento y divulgación del patrimonio histórico-artístico extremeño. En este caso, el nuevo fruto se centraría en el principal monumento heredado por la ciudad de Badajoz, catalogado por Decreto como Monumento Histórico-Artístico en 1.931 (Gaceta de Madrid nº 155, de 04 de junio de 1.931; hoy Bien de Interés Cultural): la alcazaba pacense.

Desde Extremadura: caminos de cultura, queremos ofreceros el resultado final, esperando que os guste este trabajo en colaboración, con fabulosa labor musical de Jesús López Gómez y Francisco Javier Patricio Bordomás, espectaculares imágenes de Maribel Paredes Dávila intercaladas con otras de Jesús López, cumplimentado con texto de Antonio Reveriego Pocostales, con el que podréis conocer un poco más este magnífico tesoro que Extremadura ha tenido el honor de poder preservar.

 

La luna ya por levante

va mostrando su blancura.

Añora, en Extremadura,

aquel bastión donde fue

la insignia de sus banderas,

la cumbre de sus dovelas.

Entre cañas y palmeras

un oasis aftasí.


Rememora al mirarse

sobre las aguas del río,

pasadas noches de estío

escuchando el resurgir

de las fuentes de mil patios,

cuyos susurros callaban

cuando al pueblo pregonaba

la oración el almuecín.

 

Entre los juncos percibe

la imagen de añeja dama.

Tapiales de la alcazaba

que resisten el deambular

de los tiempos, que quisieron,

- su nobleza conociendo -,

respetar obra tan magna,

fiel monarca del Islam.

 

Sobre los pétreos adarves

va paseando la luna.

Aquella historia moruna

le gusta de recordar,

cuando enseñas dibujaba

sobre recias atalayas,

sobre en recodo portadas,

camino de Portugal.

jueves, 29 de octubre de 2020

Imagen del mes: Torreón de Cárdenas, en Puebla del Maestre


Conocido por los lugareños como "el Castillo", el torreón de Puebla del Maestre, oficialmente Torre de Cárdenas, se yergue a las afueras de tal localidad pacense como vestigio de lo que fuese el castillo o casa-fuerte que en este rincón sureño de la Campiña Sur mandase erigir D. Alonso de Cárdenas cuando, en 1.483, fundase en este enclave fortaleza y villa, de la que sería señor por derecho de población, verificado el título en 1.492  por Fernando el Católico como privilegio en agradecimiento a la labor ejercida durante la Guerra de Granada por el apodado como el Maestre, mote  de D. Alonso derivado de su cargo como último maestre de la Orden de Santiago, tomado por la población a partir del siglo XVII como apellido tras haber sido conocida como Puebla de Llerena, Puebla de la Fuente o, también como el castillo y primer señor de la villa, Puebla de Cárdenas.
Puebla del Maestre (Badajoz). Siglo XV; estilo gótico con intervenciones mudéjares.
 

Arriba y abajo: erigido sobre un altozano inscrito en el flanco sureño de la población, el torreón de Puebla del Maestre destaca aún sobre la silueta del caserío pese a haberse visto despojada la obra arquitectónica del resto de paredones y elementos edilicios contiguos con que cumplimentase éste la fortaleza que en el lugar constituyese todo un castillo de supuesta planta cuadrangular, planimetría hermanada quizás con la vista en algunas de las fortificaciones erigidas en varias de entre las diversas localidades que conformaron el Señorío de Feria, ocupando la torre preservada la esquina suroccidental del mismo, convertida, según algunos autores, en torre del homenaje cuya vertiente meridional (arriba), dirigida al exterior del inmueble castrense capitaneando el frente sur de la población, ofreciese una robustez apenas rota, tras el posible tapiado de un presunto ventanal original abierto en la zona occidental superior -vestigio quizás de un almenado primigenio sobre el que posteriormente se prolongase el inmueble, o verificación de la remodelación de la torre una vez derrumbado el tercer cuerpo que al parecer prolongaba inicialmente su altura-, por alguna aspillera de naturaleza latericia (abajo y siguiente), así como un matacán inscrito en el segundo cuerpo de la obra del que restan aún hoy en día tres pétreas ménsulas de sujección (abajo, tercera imagen), verificando el carácter militar del monumento.


Arriba y abajo: prácticamente similar en aspecto el flanco occidental del torreón puebleño a su hermano meridional, muestra éste sin embargo en el segundo cuerpo de los dos que componen la obra torreña (arriba), fabricada en su práctica totalidad fundamentalmente a base de mampostería y cierto sillarejo en sus 25 metros de altitud, un ventanal abierto (abajo) tras superarse la línea de separación entre el cuerpo base, de 12 metros de anchura correspondientes a cada uno de los laterales del cuadrado que conforma el plano del mismo, y el cuerpo superior, de esquinas recortadas o achaflanadas entre murales exteriores (abajo, siguiente), bordeado el vano, al igual que la aspillera inferior a éste así como restantes saeteras del edificio, de un marco latericio cuyo material complementa la fábrica pétrea del monumento, constituyendo las sucesivas líneas ornamentales que discurren horizontalmente a lo largo de toda la atalaya a modo de verdugado, triplicado en el cuerpo inferior, doble en el superior, a los que se sumaría el dispuesto como frontera entre ambos cubos, rehabilitado el remate edilicio del supremo, antes desmochado, tras la última obra de restauración ejecutada sobre el bien pocos años atrás.

Arriba y abajo: si bien algunos autores barajan como fecha de construcción de la primitiva fortaleza de Puebla del Maestre la franja cronológica comprendida entre finales del siglo XIV y comienzos del siglo XV, adquirida, y no edificada, la mole castrense por D. Alonso de Cárdenas en 1.475 a la Orden Militar de la que el mismo fuese último maestre, entre los flancos norteño (arriba) y oriental (abajo), sobreviven partiendo de los puntos de unión de cada uno de estos laterales con el chaflán que recorta la totalidad del ángulo formado entre los mismos, vestigios de los paredones que a modo de muralla unirían la torre con el resto del castillo (abajo, siguiente), supeditados por sendos contrafuertes (abajo, imagen tercera) a modo de refuerzo tanto edilicio como defensivo en este enclave de la obra.


 

Abajo: custodiado por un matacán del que se ha logrado conservar cuatro ménsulas de sujección, perdidas casi la totalidad de éstas en el flanco oriental -desaparecidos los posibles matacanes hermanos dibujados sobre los bordes supremos de los laterales occidental y septentrional-, el chaflán recortado entre los muros de levante y norteño, inscrito primitivamente en el interior del recinto militar, ofrece a cierta altura del nivel del suelo la que pudo ser portada de entrada original al superviviente torreón (abajo), conservados los quicios pétreos que bajo el dintel latericio de acceso sirviese al engranaje de las puertas de cierre de la misma, tapiada en la base del muro de naciente la abertura que, tras el abandono y demolición de la fortaleza, permitiera la subida a la atalaya preservada, tal y como pudo llevar a cabo D. José Ramón Mélida a comienzos del siglo pasado, verificando la división del interior torreño en tres niveles, espacioso el inferior a fin de poder ser presuntamente utilizado como mazmorra o almacén, abovedado el segundo, con acceso mediante escalera de caracol a la techumbre y terraza de coronamiento, abiertos a la zona central los vanos atisbados desde el exterior de la obra, así en el flanco occidental como en el muro del Este (abajo, siguiente), o en la propia ochava nororiental (abajo, tercera imagen), conservados en todos ellos los quicios, bordeada esta última de una serie de alfices latericios en abocinamiento del ventanal, muestra y verificación de la intervención de mano mudéjar en el monumento.

 

lunes, 26 de octubre de 2020

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: El cementerio judío de El Berrocal, de El lince con botas 3.0, ya en la web de Canal Extremadura

 

Emitido en estreno en la noche transcurrida entre el 23 y el 24 de octubre, el episodio El cementerio judío de El Berrocal, perteneciente al espacio divulgativo El lince con botas 3.0, puede ya volver a disfrutarse a través de la red, publicado dentro de la web de Canal Extremadura. Desde Extremadura: caminos de cultura, agradecidos y honrados por haber podido colaborar en la elaboración de mencionado reportaje, ofrecemos bajo estas líneas a los visitantes y seguidores el correspondiente enlace a mencionado vídeo, deseando sea de vuestro agrado y gusto, convirtiéndose a la par en una práctica herramienta para el conocimiento del pasado judío de la ciudad de Plasencia en particular, y del de nuestra región y país en general. Toda una oportunidad para poder saber más sobre este capítulo de nuestra historia, sirviendo igualmente como medio ilustrativo sobre un enclave tan desconocido como olvidado, de un valor histórico sin embargo inigualable tanto a nivel local y regional, como nacional: el cementerio judío de El Berrocal. Único camposanto sefardí conservado en Extremadura, y uno de los escasos ejemplares así conocidos como preservados dentro de la Península Ibérica, la necrópolis hebrea de Plasencia no sólo nos habla del pasado judío de la ciudad del Jerte, sino también del paso de los judíos por estas tierras. Un episodio que, en sus luces y en sus sombras, serviría para forjar la identidad de nuestro pueblo. Sus vestigios arqueológicos deberían servir tanto para honrarlo y recordarlo, como para recapacitar sobre el devenir de una época y las consecuencias que las decisiones de entonces tuvieron para aquel presente y posterior futuro, extrapolándolas a nuestro propio día a día. Esperemos que este nuevo trabajo de Libre Producciones pueda servir a ello.

https://www.canalextremadura.es/index.php/video/el-lince-30-el-cementerio-judio-de-el-berrocal-231020 

https://vimeo.com/472136450

 

miércoles, 21 de octubre de 2020

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: El cementerio judío de El Berrocal, en El lince con botas 3.0, de Canal Extremadura

 No queda ninguna señal de dolor en el día cálido y brillante, como tampoco en las mañanas ocres del otoño. Un camposanto sin paredes, una rara selva de tumbas en piedra, un cementerio que nadie o muy pocos visitan, en un paraje cercano a la ciudad de Plasencia.

Si la fe mueve montañas, también el rencor hacia el diferente puede hacerlo. Muchos de entre los primeros colonos de la ciudad medieval reposaban aquí, hasta que su creencia cayó en desgracia y con ella llegó el principio del fin de la que fuera una de las principales aljamas al extremo del Duero.
Postergado por la ciudad contemporánea pese a estar ya prácticamente integrado en el casco urbano, el camposanto de la aljama placentina carece ahora del mínimo decoro. Para quienes dejaron aquí a sus seres queridos y tuvieran la oportunidad de reconocerlo, quizás se pareciera demasiado a la imagen de la desesperación. Una corriente de tiempo y delirios lo ha traído hasta el siglo XXI en un estado en el que es complicado expresar cualquier sentimiento delicado. 
 

El próximo viernes, 23 de octubre, a las puertas del sábado 24, se emitirá a las 00.00 horas en Canal Extremadura TV un nuevo episodio de la serie El lince con botas 3.0, de Libre Producciones. El tema sobre el que versará en esta ocasión este espacio dedicado a la divulgación de la cultura extremeña será el cementerio judío de El Berrocal de Plasencia. Programa para cuya realización se quiso contar nuevamente con la colaboración de Extremadura: caminos de cultura. Y este blog, una vez más, aceptaría enormemente agradecido y honrado esta llamada, en pro del conocimiento y puesta en valor de un enclave de sumo interés histórico y arqueológico tanto de la capital del Jerte como de nuestra comunidad, que permite situar Plasencia, apoyado a la par por los vestigios de sus juderías, en la cabecera del panorama patrimonial de la antigua Sefarad. Un rincón, sin embargo, apenas conocido y ampliamente olvidado, para cuya promoción este blog publicó tiempo atrás, en mayo de 2.018, un álbum fotográfico comentado:

http://caminosdecultura.blogspot.com/2018/05/cementerio-judio-y-juderias-de.html

Deseando que el reportaje sea del agrado tanto de los televidentes como de los seguidores del blog, y sin dejar de agradecer a Libre Producciones el haber querido contar con este espacio en la red a fin de elaborar este trabajo sobre esta joya patrimonial extremeña, esperamos fundamentalmente que el documental sirva para la publicidad del mismo, antes de que el ostracismo en el que se encuentra consiga la total extinción del lugar, y con él de parte de nuestro pasado, de nuestra memoria, y de nuestra identidad colectiva.


Ya no dirigen a ti sus pasos.
No acuden a ti almas plañideras.
El viento de los tiempos tus postreras
carnes evaporó del pasado,
siendo tu osario olvidado
por ignominia placentera.
No aquélla con que marcaron
de tus huéspedes la memoria.
Sino aquesta vanagloria
elevada sobre quienes auparon
la sólida erección de su entramado,
el prólogo inicial de toda crónica.

Sólo el río, besando tus raíces,
sabedor de tu historia maculada,
elevará con un suave rugir de aguas
salves en su partir a tus inscritos
nichos, aguardando lo incierto,
entre aquéllos de tus últimos berruecos,
de capítulos, pétreos soldados,
narrados a quien bien desee escucharlos.
 

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: Castillos de La Serena, del Proyecto audiovisual Extrema Dorii

 


El Proyecto audiovisual EXTREMA DORII es un proyecto de libre participación -sin ánimo de lucro- abierto a todo aquel que le guste la música, la poesía, la fotografía, la pintura y en general, cualquier tipo de expresión artística y/o cultural, y le apetezca compartir con los demás sus ideas, capacidades e inquietudes. 

 

Con estas palabras, queda definido Extrema Dorii: un proyecto audiovisual ideado a fin de compartir y compaginar inquietudes creativas dentro de nuestra región. Jesús López Gómez, escritor y autor del blog Extremos del Duero, es padre de la idea. En su afán por combinar creación y promoción de Extremadura, solicitaría pocas semanas atrás la colaboración de Extremadura: caminos de cultura en pro de elaborar una obra, dentro del contexto de este proyecto, a través de la cual poder mostrar una pieza fundamental dentro del patrimonio monumental de nuestra tierra: los castillos de La Serena.

En esta ocasión, la aportación de este blog se centraría en un sencillo poema de ocho versos dedicado al tema sobre el que versaría el trabajo comunitario. Junto a la música de Francisco Javier Patricio Bordomás y Jesús López, las imágenes y montaje de Dovane Antonio, y la colaboración de Carlos Sr Nieto, acaba de ver la luz la primera obra y punto de partida de Extrema Dorii. Trabajo que gustosamente compartimos ahora desde este espacio en la red. 

Esperando que sea del agrado de los visitantes, no puedo dejar de agradecer a Jesús López y Extrema Dorii el haber querido contar con la aportación de este blog en el inicio de su andadura, deseando el mayor éxito a este proyecto en el que, muy gustosamente, estaremos encantados de poder volver a colaborar.

 


Adentrándome en el vasto

mar de encinas y olivares, 

siento oteados mis andares

por faros que en verdad son

-de Almorchón a Magacela-

castillos de La Serena,

glorias pasadas que aún guardan

este extremeño rincón.

 

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