jueves, 26 de febrero de 2015

Villa romana de la Majona, en Don Benito


Este año se cumple el vigésimo aniversario de uno de los descubrimientos más relevantes en relación al patrimonio de origen romano legado en Extremadura. A las afueras de la localidad pacense de Don Benito, dentro de su término municipal y cercanías del río Guadiana, en el margen derecho del mismo, unas excavaciones en pro de obtener áridos sacaron a la luz lo que más tarde se identificó con la pars urbana, o zona residencial de una suntuosa villa romana, habitada entre los siglos I y V de nuestra era y dependiente de la cercana colonia de Metellinum (Medellín). Un atrio con piscina, un peristilo con amplio estanque, numerosas columnas y, fundamentalmente, un rico pavimento musivo, daban cuenta de la relevancia e importancia del hallazgo, confirmado en 1.997 cuando, depositado sobre el lecho de una de las albercas, se descubrió un espléndido busto masculino marmóreo a tamaño natural, conservado en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. Sin embargo, las intervenciones arqueológicas, sucesivas durante la segunda mitad de los pasados años noventa, cesaron, quedando el yacimiento en abandono absoluto. Desde entonces, sus estancias, sin resguardar y cubiertas de vegetación, sufren las inclemencias del tiempo y el expolio, desaparecidos los fustes, disolviéndose sus mosaicos, desprendiéndose sus estucados y pinturas, en una larga agonía que lleva al monumento a una segunda y definitiva desaparición.

Desde este blog nos sumamos a la protesta sobre el estado en que a día de hoy se encuentra este destacado yacimiento de la región, presentándolo al lector en base a un nutrido álbum fotográfico y descripción detallada del mismo, deseando que así, a través de su promoción, la Villa romana de la Majona pueda ser mayormente conocida y, con ello, frenado su definitivo olvido.



- Historia / descripción del bien:



Arriba y abajo: la pars urbana de la Villa romana de la Majona presenta en el diseño de su planta las características propias de una domus o vivienda señorial de atrio y peristilo, donde el primero de estos patios, cuadrangular, conserva una amplia piscina o impluvium rodeado antaño de una columnata de fustes marmóreos que muy posiblemente sostendrían el compluvium o tejado desde el que recibiría el agua que lo nutría, sellado para su conservación, y de similar manera a la mayoría de obras hidráulicas romanas, con opus signinum.




Cuando en el año 25 a.C. es fundada la ciudad de Emérita Augusta, convirtiéndose en capital de la provincia hispana de Lusitania, la cercana Metellinum, posteriormente conocida como Medellín y fundada más de cincuenta años antes, en el 79 a.C. por Quintus Caecilius Metellus Pius, vio frenadas sus aspiraciones a convertirse en la principal colonia de la región. Su ubicación sobre un cerro dominante junto a la vega izquierda del río Guadiana, al este de la lusitana capital, le permitirían sin embargo proseguir con su progreso económico, en base tanto al comercio que por ella circulaba, al enclavarse como punto de paso de varias de las rutas que unían Mérida con otras ciudades y enclaves de Hispania, tales como Toletum (Toledo), la zona minera de Sisapo (provincia de Ciudad Real) y fundamentalmente Corduba (Córdoba), respectivamente, así como gracias a la amplia red de explotaciones agroganaderas que se levantaron y ubicaron en su rededor junto al río Anas.



Arriba y abajo: el atrio de la zona residencial de la Villa de la Majona serviría como punto de acceso a diversas de las estancias de la casa, con las que compartiría el recubrimiento de sus suelos con ricos y laboriosos mosaicos, destacando entre dichas habitaciones aquéllas levantadas en el lado sur de mencionado patio (arriba), así como la estancia abierta en su ala oriental (abajo).




Arriba y abajo: los esplendidos mosaicos conservados in situ como suelo de varias de las estancias de la villa dombenitense permanecen apenas protegidos de la vegetación e inclemencias del tiempo por plásticos y grava (arriba), sin que deje de darse el caso de alguna obra musiva sin resguardar cuyas teselas permanecesn desprendidas de la obra que componían y desperdigadas por el yacimiento (abajo).




Metellinum, convertida en una de las cinco urbes con rango de colonia de la Lusitania, controlaba unos amplios territorios cuyos límites, aunque no corroborados, lindarían con aquéllos sujetos a otros municipios y ciudades tales como Turgalium (Trujillo), Fornacis (Hornachos), Lacimurga, la propia Mérida, y el norte de la provincia Bética, englobando lo que actualmente serían, según creen muchos estudiosos, los términos municipales de localidades tales como Medellín, Don Benito, Villanueva de la Serena, Miajadas, Villar de Rena, Santa Amalia o Guareña, entre otras. Un territorio de unos 1350 km2, donde se han llegado a localizar más de 110 asentamientos rurales de época romana. Constituirían éstos un nutrido grupo de villas y explotaciones agroganaderas que, además de servir como importante base económica de la zona, vertebrarían y romanizarían a la par el territorio metelinense, de igual manera que, en las cercanías de Mérida, un amplio número de villas circundarían la ciudad, fomentando el desarrollo económico local, ofreciendo a su vez residencias campestres para los grandes señores. También como en Emérita, muchos de los asentamientos metellinenses se enclavarían junto a los trazados de las grandes vías de comunicación, pero fundamentalmente en la vega del río Guadiana, así como en las inmediaciones de los afluentes que en la zona desembocan en él, tales como el Ruecas, el Alcollarín, el Ortigas o el Búrdalo. De entre estas villas y explotaciones podrían destacarse Las Galapagueras, Vegas de Ortiga, Los Ventosos y La Hornilla, distinguiéndose sobre todo la Villa de la Majona, a poca distancia del margen derecho del Guadiana, dentro del término municipal de Don Benito.



Arriba y abajo: abierta al gran patio de la casa o peristilo, se halló una gran habitación de considerables dimensiones, ornamentada con un fabuloso mosaico policromado de cenefas y geométricos temas (arriba), cuyo acceso permanece marcado por un escalón en hilera de sillares donde aún se marca lo que posiblemente fue el lugar de encaje de la puerta que guardaba este salón (abajo), presunto tablinium o lugar de recepción y negocios del enclave.





Arriba y abajo: además del gran salón abierto en el lado occidental del peristilo, otras estancias circundaban este segundo patio o zona ajardinada, destacando entre ellas las ubicadas en la zona nororiental (arriba), así como las erigidas en la esquina noroeste (abajo), punto donde se conserva, en la parte baja de los muros, restos de estucado y pintura lineal al fresco que decoraría no sólo esta zona, sino inclusive todo el peristilo o la totalidad de las estancias de la mansión (abajo, siguiente).





La Villa romana de la Majona, descubierta en 1.995, se compondría, como otras explotaciones agropecuarias contemporáneas, de diversas secciones destinadas tanto al uso agroganadero como residencial, sin que faltase la construcción en las cercanías de una presa para consumo propio. Las excavaciones que dieron lugar al fortuito descubrimiento pusieron a la luz la vivienda principal, o pars urbana, siendo esta zona la intervenida arqueológicamente en los meses y años siguientes al hallazgo. La vivienda se presenta diseñada siguiendo el modelo de domus de atrio y peristilo, donde sendos patios tienen existencia en la mansión. El atrio, cuadrangular y ubicado en la zona sur, exhibe una amplia piscina o impluvium, rodeada de un pequeño muro de ladrillo y sillares graníticos en las esquinas, con una columnata de fustes marmóreos que sostendrían el tejado abierto o complivium, de donde posiblemente recibiría el agua que lo nutría. Este estanque, como la mayoría de las obras hidráulicas romanas, estaría sellado con opus signinum. El restante suelo del atrio permanece cubierto con ricos mosaicos, de motivos geométricos y a doble color, compartiendo este hecho con las estancias abiertas a esta zona de la casa, destacando dos meridionales y una oriental. En la esquina noreste, el atrio se comunicaría con el peristilo, de planta rectangular y alargado en dirección norte-sur. En los laterales septentrional y meridional del mismo se conservan restos del cercado y la columnata que seguramente delimitaba el interno patio ajardinado. Su lateral occidental estaría dibujado, por el contrario, con un largo estanque, cuyas aguas serían vertidas a él a través de varios canales, destacando el conducto que siguiendo estas funciones se conserva en el borde sur de esta estancia. Esta alberca, como la piscina del atrio, figura sellada igualmente con opus signinum, destacando en su interior y esquinas sendas construcciones semicirculares, posibles restos de fuentes ornamentales que, junto a un surtidor externo y central, de planta semicircular, formarían todo un ninfeo de carácter suntuoso. La fuente o surtidor central, que vertería sus aguas al estanque desde el lateral oriental de la alberca, miraría hacia la puerta de entrada de la estancia principal de aquéllas abiertas al peristilo, posiblemente la más destacada de la villa, a juzgar por sus grandes dimensiones y la calidad del mosaico policromado que la cubre, de vivos colores y diseñado en base a casetones, cenefas, motivos geométricos y vegetales. De 300 metros cuadrados, podríamos estar posiblemente ante el tablinium o habitación destinada a las recepciones o negocios del señor de la villa. Otras dependencias se abren en el lado más septentrional del peristilo, conservándose en la parte baja de sus muros restos de estucado y pintura lineal al fresco que decorarían seguramente las paredes de toda la casa, a juzgar por otros retazos similares hallados en la zona sur del peristilo. Restos de baldosas y zócalos de mármol apuntan hacia una rica ornamentación realizada con este material de la fuente del peristilo y el gran salón, denotando la opulencia con que antaño contó la vivienda.



Arriba y abajo: dentro del peristilo de la Villa de la Majona destacaría el enorme y alargado estanque ubicado en el lado occidental del patio (arriba), lucido, como la piscina del atrio, con opus signinum, en cuyos extremos se conservan estructuras semicirculares que corresponderían al parecer a sendas fuentes ornamentales que, en conjunción con una fuente externa y central de planta semicircular abierta en el frente oriental (abajo, siguiente), darían al conjunto la auténtica impresión de un suntuoso ninfeo.






Arriba y abajo: el estanque del peristilo se nutría del agua llevada hacia él a través de varios conductos, adivinándose los restos de uno de estos caños en la zona de paso entre alberca y habitaciones occidentales (arriba), destacando principalmente el canal que, en la zona sur del patio, terminaba desembocando en el lateral derecho del conjunto fontanal (abajo).






Esta distribución de espacios responde, según los investigadores, a una reforma efectuada sobre la villa durante los siglos II a IV. El inmueble, sin embargo, existiría ya posiblemente en el siglo I de nuestra era, a juzgar por los restos cerámicos datados en esa primera centuria hallados por el lugar. Del siglo III y época de máximo esplendor del asentamiento, sería un extraordinario busto de cincelada realista realizado a tamaño natural en mármol de Estremoz (Portugal), hallado depositado en el interior de uno de los estanques. Mientras que para unos estudiosos este torso masculino podría ser el retrato privado de uno de los señores del complejo, para otros el gran parecido que guarda el joven retratado con el emperador Alejandro Severo haría pensar en la posible existencia en esta residencia de un busto imperial del gobernante severiano. El personaje aparece cubierto con contabulatio, a la moda del siglo mencionado.



Arriba y abajo: es la zona norte y noroccidental del conjunto la menos excavada e inspeccionada arqueológicamente, considerándose la posibilidad de que algunos de los muros aquí conservados se erigiesen, usando para ello cantos de río, en el siglo V y fase final de ocupación del asentamiento, apareciendo por la zona estancias de posible uso laboral, entre las que no es difícil toparse con restos cerámicos esparcidos por los rededores.






Otros restos muebles y cerámicos obtenidos del yacimiento prueban, por su parte, la existencia en el lugar de algún asentamiento previo a la romanización de la zona, mientras que el trazado de muros anexos levantados con cantos de río, ubicados principalmente en la zona noroccidental, podrían pertenecer a una última ocupación del complejo, ya en el siglo V, antes del definitivo abandono, ruina y desaparición definitiva de la explotación.



- Cómo llegar:


La Villa romana de la Majona, ubicada dentro del término municipal de Don Benito, se enclava dentro de una zona destinada a la siembra vinculada con  el cercano río Guadiana, cuya vega derecha, circundada de frondosos eucaliptos, se atisba a corta distancia del yacimiento. Para llegar a este punto sería recomendable alcanzar el tramo de carretera autonómica EX-106, en la porción de ésta que une Don Benito con la rotonda nacida como punto de intersección de la carretera nacional N-430 (Badajoz a Valencia) y la autovía EX-A2 (Miajadas a Don Benito-Villanueva de la Serena). En este tramo de la EX-106 encontraremos un ramal que, pasando bajo el trazado de la autovía mencionada, se dirije hacia una zona de cultivos y fincas particulares. Adentrándonos en ella, seguiremos el trayecto no asfaltado que, hacia el sur, se encamina hacia el Guadiana. Dejadas atrás varias viviendas y un canal de riego, un nuevo ramal parte hacia nuestra derecha y el oeste, paralelo a la vega del río. En él hallaremos la finca donde se conserva el yacimiento, rodeada de verja metálica y cerrada al público.



Arriba: de tamaño natural y esculpido en mármol de Estremoz, un espléndido busto de acabado realista y rico en detalles fue hallado en el yacimiento romano de la Majona, permitiéndonos hoy en día poder mirar al que posiblemente siglos atrás se presentase como uno de los señores o personajes más relevantes del que fuese uno de los asentamientos rurales más destacados del territorio metelinense, si bien el parecido del joven retratado con el emperador Alejandro Severo lleva a algunos autores barajar la posibilidad de que la escultura no fuese un retrato privado, sino imperial.

Abajo: descubierto en lo que pareció ser una antigua necrópolis enterrada bajo el barrio de San Sebastián de Don Benito, un busto femenino, conservado en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, formaba parte seguramente de un mausoleo o complejo funerario privado vinculado con alguna de las familias que dirigía uno de los abundantes asentamientos rurales de la zona, desconociéndose la exactitud del mismo pero entre los que entraría como candidato el hallado en la Majona, pudiéndose verificar por otro lado y con claridad, sin embargo, la clara romanización de la comarca y la riqueza de un pasado romano que Extremadura ha heredado.


6 comentarios:

  1. Cuando se produjo el hallazgo, desde el Ayuntamiento se emitieron en los medios muy ampulosas declaraciones por las cuales parecía que iban a comerse el mundo con la explotación turística del lugar. Al cabo de veinte años, ya ves... Verdaderamente, no se explica que, con los recursos de que dispone uno de los municipios más prósperos de la provincia, no se haya querido sumar La Majona a los muchos atractivos que cuenta la localidad como polos de atracción. Cuántos ayuntamientos quisieran...

    Lo desolador de la incuria que se muestra en las imágenes que compartes, se vuelve especialmente descorazonador en verano, cuando el enclave es invadido por la maleza seca, que se inflamaría en un tris con cualquier cigarrillo que se arroje desde la cercana autovía de las Vegas Altas... (No demos ideas.)

    Un saludo muy cordial. Confío en que el viernes tuvieras un buen viaje de regreso.

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  2. Del busto romano que se encontró en el barrio de San Sebastián recuerdo, igualmente, lo noticioso de su hallazgo hace más de treinta años. Confieso que esta entrada es la primera referencia que encuentro después de aquéllo. La totalidad de los dombenitenses con los que alguna vez lo he comentado, desconocen este episodio.

    Los estudiosos locales son unánimes en ubicar el origen de la población de Don Benito en el barrio de San Sebastián. Por ende, cuando se produjo el hallazgo, yo (por aquel entonces, un mozalbete algo repelente) especulé con la posibilidad de ubicar el asentamiento romano de Porticulus (que se sabe estaba a medio camino entre Metellinum -Medellín- y Contosolia -Magacela-) en Don Benito, al contrario de la historiografía que lo suele localizar en Villanueva, en cuyo casco urbano nunca se han encontrado restos romanos. Ello unido a que Don Benito se encuentra en el trayecto natural entre esas dos poblaciones, mucho más que por Villanueva, hace más plausible que coincidiera con la Porticulus antigua. Mal que me pese.

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  3. ¡Hola Villano!

    El viernes regresé bien a casa. Muchísimas gracias por preguntar, y sobre todo por darte a conocer en la presentación del libro de Jesús López. Fue todo un placer. Desconocía el dato que das sobre Porticulus, y me alegra que lo incluyas en los comentarios, pues a mi entender puede servir perfectamente para ilustrar y complementar esas noticias sobre el pasado romano de las tierras que hoy en día ocupan Don Benito. Esperemos que finalmente vestigios históricamente tan reseñables como la Majona sean puestos en valor y consideración, y no terminen desapareciendo y cayendo, como las noticias de los descubrimientos pasados de villa o busto, en el olvido. ¡Un abrazo!

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  4. Me gustaría saber si puedo entrar a verlo, gracias. Un saludo, Maria

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    1. ¡Hola María!
      Muchas gracias por tu visita al blog y por tu comentario. El yacimiento se encuentra actualmente cerrado al público. Una valla metálica lo rodea. Entrar dentro sería decisión y riesgo de cada uno. ¡Un saludo!

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    2. Pues lamento comunicarte que estarias cometiendo un delito grave de atentado contra el patrimonio, punible según la ley de Patrimonio Histórico de 1985.

      Aunque visto por otro lado la dejación de funciones del Estado, la Administración Autonómica y la local más bien te inducen a pensar que a todos se la refanfinfla actos delictivos con el patrimonio arqueológico. Vamos, que por ellos como si quieres expoliar un mosaico. Y ya sabes lo que sucede en este país lamentable. Si te pillan simplemente hechando un vistazo curioso, date por j...

      P.D.: Es bien probable que si te pillan te acusen de atentado contra el patrimonio y encima te carguen con una multa monetaria por todos los desperfectos que su dejación de funciones ha provocado en el yacimiento. Y sí, el valor lo tasan ellos según les viene en gana. Para eso son la ley

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