jueves, 30 de octubre de 2014

Imagen del mes: Castillo de Valverde de la Vera


Flanco occidental de la Torre del Homenaje del Castillo de los Condes de Nieva, hirguiéndose majestuosa en su ruina sobre el casco antiguo del pueblo.
Valverde de la Vera (Cáceres). Siglo XV; estilo gótico.


martes, 28 de octubre de 2014

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: la Atalaya de los Frailes, de Badajoz, en el Rincón de la Memoria de Canal Extremadura Radio


Una vez más Extremadura: caminos de cultura ha tenido el gran honor de poder colaborar con Canal Extremadura Radio, y la periodista y locutora Charo López, con el fin de promocionar un monumento ampliamente desconocido de nuestra región. En esta ocasión, el Rincón de la Memoria emitido el pasado día 30 de septiembre estuvo dedicado a la hispano-musulmana Atalaya de los Frailes, ubicada en las cercanías de la ciudad de Badajoz. Se aprovechó además la oportunidad para hablar también del complejo de torres vigías con que contó la urbe como medio preventivo ante posibles ataques enemigos, haciendo mención a otras atalayas andalusíes que han llegado a nuestros días. Si deseáis más datos escritos sobre estas torres, podréis encontrar entradas dedicadas a las mismas publicadas en el blog con anterioridad. Mientras tanto, os dejo con un paseo radiofónico por el pasado islámico de Badajoz, asomándonos a su Atalaya de los Frailes y restos de torres de vigilancia a través del enlace que os dejo a continuación:




domingo, 26 de octubre de 2014

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: Atalayas musulmanas de Badajoz, en Castillosnet


Arriba: restos conservados de la identificada como Atalaya del antiguo Camino de Yelves, vetusta torre vigía andalusí de la cual sólo su base ha logrado llegar a nuestros días, descontextualizada de su entorno original y englobada dentro del Campus Universitario de Badajoz.


La ciudad de Badajoz no contó sólo, en época de dominación musulmana, con su alcazaba y sus murallas como bienes inmuebles o medios con los que poder defender la urbe dentro del beligerante clima bélico vivido en diversas etapas de la Edad Media peninsular. A sus afueras, erguidas sobre colinas o enclavadas junto a caminos y vías de comunicación con otras localidades cercanas, la andalusí Batalyaws disponía de una interesante colección de atalayas o torres vigías desde las cuales poder otear el horizonte y, en caso de atisbar al enemigo, lograr avisar con antelación a los centinelas de la ciudad.  De esta serie de construcciones de vigilancia cuatro han logrado llegar a nuestros días, conocidas como Atalayas de los Frailes, de los Rostros, del Antiguo Camino de Yelves, y de Torrequebrada. Juntas, conforman el grupo de antiguas atalayas musulmanas de Badajoz, bienes inmuebles de gran interés histórico y cultural cuyas fichas han sido recientemente añadidas o ampliadas dentro de la web dedicada a las fortalezas y obras militares  medievales españolas, Castillosnet, para lo cual este blog ha tenido el honor de colaborar.

Los enlaces a las fichas señaladas, para cuya elaboración Extremadura: caminos de cultura ha podido colaborar, son los siguientes:

- Atalaya de los Frailes, de los Monjes o de Tres Arroyos (inclusión en el listado y álbum de fotos):



- Atalaya de los Rostros (ampliación de información y álbum de fotos):



- Atalaya del Antiguo Camino de Yelves (ampliación de información y álbum de fotos):



La Atalaya de los Rostros, así como la Atalaya de los Frailes, ya aparecieron con anterioridad en este blog. Si deseáis leer más sobre estos dos monumentos, podéis acceder a las entradas publicadas y correspondientes a mencionados bienes inmuebles a través de los enlaces marcados a continuación:


 

lunes, 20 de octubre de 2014

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: Castillo de Azagala, en Alburquerque, en Castillosnet


Si bien el Castillo de Luna, erguido sobre la silueta del pueblo de Alburquerque, se presenta como símbolo histórico y embajador cultural de esta localidad pacense, no es la única fortaleza enclavada dentro del término municipal alburquerqueño. A doce kilómetros de distancia del centro urbano, y alineado y comunicado visualmente con el monumento defensivo que corona el municipio, una espectacular fortaleza, amalgama de torres y murallas militares acondicionada tardíamente para la explotación agropecuaria y como residencia de los señores que antaño disfrutaron de su estancia, se eleva sobre una cresta rocosa, dominando el embalse de Peña del Águila y la serranía de Santiago, en plena Sierra de San Pedro. Abandonado no muchos años atrás, en progresiva decadencia y ruina, el Castillo de Azagala sigue presentándose al viajero, sin embargo, en su robustez y magnificencia, hecho por el cual, desde este blog, hemos querido y tenido el honor de colaborar en la ampliación de la ficha que sobre este monumento ya figuraba dentro del listado de castillos y fortalezas elaborado por Castillosnet.org, con ampliación datística e informativa, así como unión de un nuevo álbum de fotos tomadas de este histórico inmueble, para mayor conocimiento e ilustración de uno de los castillos más relevantes de Extremadura.

A continuación, os dejo con el enlace que deriva a la ficha dedicada al Castillo de Azagala, publicada por Castillosnet.org. Tras él, tenéis información relativa a la historia y descripción de la fortaleza elaborada por este blog, seguida de los datos indicativos para poder acceder a la misma, en caso de querer acercarse en persona a conocer este enclave de la Sierra de San Pedro, repleto de naturaleza, arte e historia.





- Historia / descripción del bien:

Aunque se baraja la posibilidad de que sobre la cresta rocosa sobre la que se asienta el Castillo de Azagala existiese ya una fortificación previa levantada bajo la dominación musulmana de estos contornos, defensa norteña de la ciudad de Badajoz, ningún escrito contemporáneo a la reconquista de la zona lo menciona, así como ningún vestigio de esta presunta edificación islámica habría sobrevivido entre las piedras que conforman el actual castillo, erigido con toda probabilidad en el siglo XIII, tras la reconquista definitiva de la localidad de Alburquerque y sus enclaves cercanos. Se levantaría el castillo, al igual que otros cercanos como Piedrabuena o Mayorga, como punto de consolidación de defensa frente a los andalusíes del Sur, y protección frente a las contiendas con la vecina Portugal y las rapiñas ejercidas sobre los nuevos territorios añadidos a la Corona castellana, alineado el Castillo de Azagala con el de Luna, en la localidad de Alburquerque, a 12 kilómetros de separación del mismo. Se levantó Azagala sobre un enclave cuyo nombre derivaría al parecer de aquella batalla de Zalaca o Zagalla que allí, o en sus cercanías, tendría lugar en 1.086, frenando la expansión cristiana capitaneada por el rey Alfonso VI frente al ejército almorávide. Sería la Orden de Alcántara la que, posiblemente, asentase las primeras bases de esta nueva fortaleza, perteneciente al Concejo de Badajoz hasta caer en posesión a mediados del siglo XIII del Señor de Alburquerque, D. Juan Alfón, donado a éste por el rey Sancho IV. Su descendiente, D. Martín Gil de Sousa, mantendría el poder del Señorío de Azagala en 1.303, año en que es erigida la Torre de las Armas del castillo, sobre cuyos lienzos se colocó una placa marmórea epigráfica y conmemorativa de tal construcción. D. Martín se lo cedería en 1.312 a su sobrino, D. Pedro de Castro, contra la voluntad de su cuñado, D. Alfonso Sánchez, que mantendrá la posesión del castillo hasta 1.322. En 1.331 recibiría el Señorío el infante D. Sancho, hijo del rey Alfonso XI, quien a su muerte lo legará a Dña. Leonor de Castilla en 1.374, tras haber sido pieza de fianza frente a Portugal. En 1.418 lo cede ésta a su hijo, el infante D. Enrique quien, tras declarar la guerra a D. Álvaro de Luna, lo perderá a favor de éste, que lo recibirá de manos del rey Juan II en 1.445. Tras la muerte de D. Álvaro de Luna, la Orden de Alcántara recuperará esta antigua posesión en 1.461, haciendo de su Encomienda una de las mejores del Priorato, tras haber sido asaltada y convertida en hogar del Clavero de la Orden, D. Alonso de Monroy, que residirá en ella hasta su muerte en 1.511.




Restaurado y acondicionado a las novedades militares, con inclusión de abundantes piezas nuevas de fuego, a lo largo del siglo XVI, como enclave defensivo cercano a la frontera portuguesa el castillo sufrirá asedios durante la Guerra de Restauración de Portugal, en el siglo XVII, así como durante la Guerra de Sucesión española, a comienzos del siglo XVIII. Bajo el reinado de Felipe V, en 1.746, será nombrado D. José Gómez de Terán y Delgado como marqués de Portago, comprando éste en 1.750 y bajo el reinado de Fernando VI la Encomienda de Azagala, una vez desmembrada de la Orden de Alcántara con permiso de la Santa Sede. El Castillo de Azagala, donde hasta entonces habían residido el administrador, el capellán y los guardas de la fortaleza, se convertiría en un centro de explotación agropecuaria, manteniéndose la fortaleza en buen estado y uso durante el siglo XIX. Ya en el siglo XX, su abandono irá en aumento, convertido en refugio de maquis tras la contienda civil. En 1.992, con la jubilación del guarda de la finca en que se halla, el castillo quedará completamente deshabitado, manteniéndose en la actualidad víctima de la ruina y el expolio progresivos.




El Castillo de Azagala, de tipo roquero y de planta topográfica alargada y condicionada al terreno y cresta rocosa sobre los que se asienta, divide sus 140 metros de largo, prolongados de Oeste a Este en una franja estrecha, en tres reccintos sucesivos amurallados, con entrada a través del primero de ellos, en la zona más occidental y portada abierta mirando al Sur. Tras atravesar un primer patio, se accedería al segundo recinto a través de un arco de medio punto abierto en el flanco occidental de este segundo cuerpo cercado, flanqueado el acceso por dos torreones tras los que se asienta, en el flanco sur, la Torre de las Armas, de planta cuadrada y maciza en su parte inferior, con acceso por escaleras externas a su planta primera, cubierta con bóveda de cañón, comunicada interiormente con la segunda, de bóveda de crucería ojival nervada, y la terraza, perdidas las almenas y conservado parte de los matacanes, de cuatro ménsulas cada uno, repartidos entre los puntos medios de sus cuatro flancos.

Tras un amplio arco escarzano que sustenta parte de las viviendas destinadas a la servidumbre y trabajadores del castillo y centro agropecuario, ubicadas a lo largo del flanco norte del segundo cuerpo, se accede a un alargado patio desde el cual adentrarse en la Torre del Homenaje y, desde ella, al tercer cuerpo y resto de estancias del castillo, cerrado en su flanco sur por muralla coronada con almenaje piramidal y adarve, paralelo al que rodea todo el conjunto, en las estribaciones más meridionales del mismo. En la esquina oriental de este gran patio encontraríamos la capilla del lugar, planta baja de la Torre de planta cuadrada conocida como de los Humos, por estar coronada, además de por almenas piramidales, por una gran chimenea. La Torre del Homenaje, por el contrario y como ocurre con la Torre de las Armas, no conserva su almenado, aunque sí parte de sus cuatro matacanes, de tres ménsulas, así como un campanil de sabor portugués datado en 1.771.

El tercer recinto, ubicado en la zona más oriental del conjunto, habría sido acondicionado como zona residencial de los nuevos dueños de la fortaleza, levantándose sus dependencias a comienzos del siglo XIX. Culminado con la Torre de las tres esquinas, de planta triangular y defendida con matacanes, ubicada en la esquina más nororiental del inmueble, se abren tanto al norte como al sur del recinto amplias balconadas que dominan el paisaje. La meridional, cerrada en cristalera y sustentada por arcada, da a un patio cerrado y centrado por un pozo. El resto del espacio de este tercer cuerpo, dividido en dos plantas, se reparte entre dependencias señoriales, tales como salones, dormitorios o salón de juegos, y estancias destinadas a las labores cotidianas y almacenaje, como cocinas, bodegas o cuadras.




- Cómo llegar:

El Castillo de Azagala, ubicado junto y sobre la silueta dibujada por las aguas que componen el embalse de Peña del Águila, al Norte de la localidad pacense de Villar del Rey, se mantiene conectado con el municipio alburquerqueño al que pertenece a través de un camino, conocido como de Elvira de Vacas, del que ya hablamos y mencionamos a la hora de indicar cómo llegar a la Ermita de los Santiagos enclavada, al igual que el Castillo de Azagala, en la serranía de Santiago, en pleno corazón de la Sierra de San Pedro.

Partiendo de la Plaza de Toros de Alburquerque, seguiremos la senda mencionada y los mismos pasos indicados en el enlace abajo señalado, desviándonos de la ruta que nos acerca a la ermita abandonada poco antes de alcanzar ésta:






Cómo indicábamos a la hora de describir los pasos a seguir para alcanzar la Ermita de los Santiagos, la vereda Elvira de Vacas discurre hasta alcanzar la orilla del Embalse de Peña del Águila, llegando a los pies del propio Castillo de Azagala. Para ello, y una vez en el punto de bifurcación de la senda, ubicado tras superar el cauce del arroyo de Elvira de Vacas y marcado con posibilidad de desvío hacia la Ermita de los Santiagos o el Castillo de Azagala, respectivamente, deberemos tomar esta segunda opción, orientada hacia el Este y trazada siguiendo la silueta de la serranía de Santiago, que mantendremos en todo momento a nuestro lado izquierdo. En caso de haber llegado hasta este rincón de la Sierra de San Pedro en vehículo, es recomendable dejar aparcado por esta zona el mismo, ya que el firme del camino a seguir se hará bastante irregular en diversos puntos de los más de cuatro kilómetros que nos separan aún de la fortaleza.




A medida que nos acercamos al castillo, siempre en nuestro punto de mira desde la distancia, atravesaremos laderas montañosas cuajadas de jarales, dehesas de encinas y campos adaptados para el pastoreo de ganado vacuno y porcino, sin olvidar varias cancelas que, en base a la servidumbre que pesa sobre esta vereda, podrán ser abiertas para facilitarnos nuestro paso a través de estas fincas y haciendas. Finalmente, y ya a pocos metros del embalse mencionado, una pedregosa cuesta se eleva hasta alcanzar nuestro objetivo monumental. No hay que olvidar, llegados al mismo, que este bien inmueble es propiedad privada en estado de ruina, por lo que, en caso de decidirnos por adentrarnos en el mismo, ha de ser con el máximo de los respetos por la propiedad particular y, sobre todo, con la máxima de las precauciones ante posibles derrumbes y caídas de suelos y/o techos de las estancias que visitemos.




El Castillo de Azagala, así como las fincas y dehesas que vamos a atravesar para llegar hasta él,  son de titularidad particular. En caso de desear realizar la ruta que nos acerca a este monumento, lanzamos desde este blog una serie de recomendaciones a tener en todo momento en cuenta:

1) Respetar en todo momento las propiedades de las fincas, como vallados o cercas, intentando no salirse de los caminos marcados.
2) Respetar la vegetación y cultivos de las mismas, sin realizar ningún tipo de fuego ni arrojar basura alguna.
3) Respetar al ganado que habitualmente hay pastando en la zona, y en caso de encontrarse con animales que lo protejan, no enfrentarse a los mismos.
4) Si observamos que se están practicando actividades cinegéticas (caza), abstenernos de entrar.
5) Si nos encontramos con los propietarios de la fortaleza, o encargados de la propiedad en que se ubica la misma, saludarles atentamente e indicarles nuestra intención de visitar el monumento, pidiendo permiso para ello. En caso de que no nos lo concediesen, aceptar la negativa y regresar.

domingo, 12 de octubre de 2014

Colaboraciones de Extremadura, caminos de cultura: Torre de los Mogollones, en las cercanías de Cáceres, en la Lista Roja del Patrimonio


No es la primera vez que este monumento aparece en el blog. En las entradas dedicadas a la Ermita de San Jorge (Cáceres), ubicada junto a esta atalaya, ya hablábamos de él. Durante agosto de 2.013 fue también la imagen del mes. Nos referimos a la Torre de los Mogollones, enclavada al suroeste de la ciudad de Cáceres, hirguiéndose sobre uno de los flancos de los sureños Llanos de Cáceres, a poca distancia de la carretera y camino natural que une ambas capitales provinciales extremeñas. Eclipsada en gran medida tanto por la ermita mencionada, así como por el Castillo de las Seguras, la Torre de los Mogollones, también conocida como Castillo de las Seguras de Abajo, es un monumento cuyo valor histórico y monumental debería brillar por sí solo. Sin embargo, esta antigua fortificación se encuentra actualmente abandonada, en desuso y principio de ruina. Es por tal motivo por lo que la asociación en defensa del patrimonio cultural español, Hispania Nostra, ha decidido incluir este inmueble dentro de su Lista Roja del Patrimonio, en pro de su protección y salvaguarda, para lo cual este blog ha tenido el honor de poder colaborar.

A continuación os dejo con el enlace a la ficha que sobre este bien figura en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra, tras el cual encontraréis información relacionada con la historia y detalles de este monumento, acompañada de imágenes que os sirvan para poder conocer mejor esta edificación histórica legada desde nuestro pasado, y que debería ser conservada para que pueda seguir nutriendo tanto en nuestro presente como en el futuro el extenso patrimonio histórico-artístico de nuestro país y región.




- Historia / descripción del bien:



Cuando, en 1.229, es reconquistada definitivamente la plaza de Cáceres a los andalusíes, se encontraba entre los capitanes más destacados de las tropas de Alfonso IX de León D. Hernando de Mogollón, el cual, asentado desde entonces en la localidad tomada, fundaría la Casa de Mogollón destacando dentro de ésta, en el siglo XV, D. Pedro Gil de Mogollón, regidor de Cáceres y dueño de la bautizada por tal como Dehesa de los Mogollones, situada al suroeste de la otrora villa y donde, junto a su hijo D. Alfón Gil de Mogollón, erigiría la torre de similar nombre a la finca donde se enclava, conocida en ocasiones como Castillo de las Seguras de Abajo para diferenciarse del Castillo de las Seguras de Arriba, ubicado éste más al norte y junto al camino natural que une Cáceres con Badajoz. Formarían parte ambos del denominado Poblado de las Seguras, núcleo de asentamientos medievales repleto de fortalezas y casas-fuertes a corta distancia unas de otras, entre las que no faltarían recintos religiosos tales como la Ermita del Salvador, más conocida como de San Jorge, donde las torres y castillos vigilarían, como en otras muchas fincas y dehesas repartidas entre la nobleza cacereña en todo el flanco sur de la localidad, los terrenos, posesiones, haciendas y explotaciones con que estaban dotadas las mismas. Heredada por parte de su madre, Dña. Leonor Alfonso Mogollón Gómez, la Torre de los Mogollones pasará durante el siglo XV a manos de D. Diego García de Ulloa Mogollón, apodado "el Rico", quedando de esta forma la atalaya vinculada al linaje de los Ulloa, de gran peso en la vida social y política del Cáceres de finales del medievo y comienzos de la Edad Moderna. Serán los Ulloa Torres los siguientes dueños del inmueble, de quienes pasará a los Duques de Fernán Núñez, que la venderán a la familia de los Higuero, a quienes sigue perteneciendo en la actualidad. Un miembro  de este último linaje, propietario igualmente del Castillo de las Seguras de Arriba, bautizado como D. Miguel Muñoz de San Pedro Higuero pero más conocido por su título como Conde de Canilleros, será quien en el siglo XX tome para sus posesiones más norteñas el escudo de los Mogollones que, sobre la puerta de arco apuntado que da paso a la torre, lucía el emblema de la familia constructora, alojando en su lugar un blasón marmóreo de los Ulloa, que aún hoy corona la portada, abierta en su flanco sur y bordeada de sillares graníticos. Sillares regulares serán también los que sostengan las esquinas de la robusta atalaya, limitando éstos así mismo los vanos abiertos en sus fuertes muros de mampostería, algunos con asientos corridos en su interior. También graníticos serán los caños que despidan el agua de lluvia, y las ménsulas que, en grupos de tres (dos en el flanco occidental), sostendrán los cuatro matacanes que bordean la torre repartidos entre los laterales izquierdos superiores de cada uno de sus cuatro lados (en el muro sur, en el punto medio del mismo). Junto a ellos, una fila de canecillos bordea la coronación del edificio, decorados con bolas propias del arte dado durante el reinado de los Reyes Católicos, que nos haría pensar en el añadido de éstos una vez el bien en manos de los Ulloa. 

Abajo: la Torre de los Mogollones presenta su interior dividido en tres plantas, accediéndose a la primera de ellas desde una planta baja a través de unas amplias escaleras (imagen izquierda) que ceden, ya en el primer piso, su turno a unas estrechas escaleras de caracol (imagen derecha), único medio de poder ascender a las dos plantas restantes, así como al tejado de la misma.

 
Destruido parte del inmueble durante las ofensivas portuguesas lanzadas contras estas tierras mientras tenía lugar la Guerra de Restauración entre España y el país vecino, a mediados del siglo XVII, la estructura actual del interior del edificio responde a la adecuación del mismo, lejos ya de su destino militar, como zona residencial y parte de la explotación agropecuaria que en el lugar, junto a otras dependencias anexas a la torre y circundantes a la misma, se ha llevado a cabo hasta pocos años atrás. Así, cuenta la torre con tres plantas más la que es baja, única ésta en todo el inmueble en poseer bóveda de medio cañón sobre arcos escarzanos, rematando su estancia principal. Nacen en la esquina nororiental de este bajo piso las actuales escaleras, cegadas otras anteriores, que suben hacia la planta siguiente, accediéndose a las restantes, todas ellas con suelo de madera y divididas en dos estancias, septentrional y meridional respectivamente, a través de una escalera de caracol fabricada con sillares graníticos que, ubicada en la esquina noroccidental de la torre, permite el acceso no sólo a las plantas segunda y tercera, sino también al tejado de la atalaya, a dos aguas y cubierto de placas de uralita sobre madera tras eliminar la terraza original del edificio, al que se sale una vez alcanzada una linterna de ladrillo que remata la estrecha escalinata.

Abajo: aspecto que presentan en la actualidad las plantas primera, segunda y tercera, respectivamente, de la Torre de los Mogollones, de gruesos muros pero ruinosos techos de madera que sirven a su vez de suelo de las plantas superiores y sustén del tejado final, carcomida y desprendida en ciertos puntos, haciendo peligroso el deambular por el interior del inmueble, dependiendo también de su aguante el aceleramiento de la ruina del monumento.




- Cómo llegar:

A finales de julio de 2.013 publicaba, a petición de varios lectores y seguidores del blog, una entrada extra dedicada a la Ermita de El Salvador, más conocida como de San Jorge, a través de la cual daba indicaciones precisas sobre cómo poder acceder a este monumento. Llegar a la Torre de los Mogollones, enclavada junto a la ermita señalada, sería posible siguiendo esos mismos pasos, dejándoos por tal motivo y a continuación con el enlace que os lleva a la información señalada y ya publicada en el blog:


La Torre de los Mogollones se conserva en total abandono y ruina progresiva, por lo que, en caso de decidirse por adentrarse en su interior, se recomienda enérgicamente desde este blog tomar la mayor de las precauciones posibles. Su entramado de madera interior, sustén de suelos y techos de plantas superiores, se mantiene en mal estado, haciendo que el andar por los pisos altos sea harto peligroso. La escalera de caracol y vía de comunicación entre plantas, a su vez, presenta abundantes grietas en su estructura pétrea, siendo así también muy recomendable subir con sumo cuidado las mismas, en caso de tomar la decisión de adentrarse por ellas.

Abajo: vista de la Ermita de El Salvador, más conocida como de San Jorge, desde la Torre de los Mogollones, aunténtica atalaya desde la cual poder observar no sólo este antiguo bien religioso, sino además los campos de las Seguras, parte de los Llanos de Cáceres e, inclusive, la propia capital provincial.



La Torre de los Mogollones, de titularidad particular, se ubica en el interior de una propiedad privada. En caso de desear visitar el monumento, lanzamos desde este blog una serie de recomendaciones a tener en todo momento en cuenta:

1) Respetar en todo momento las propiedades de la finca, como vallados o cercas, intentando no salirse de los caminos marcados.
2) Respetar la vegetación y cultivos de la misma, sin realizar ningún tipo de fuego ni arrojar basura alguna.
3) Respetar al ganado que habitualmente hay pastando en la zona, y en caso de encontrarse con animales que lo protejan, no enfrentarse a los mismos.
4) Si observamos que se están practicando actividades cinegéticas (caza), abstenernos de entrar.
5) Si nos cruzamos con personal de la finca o nos encontramos con los propietarios de la misma, saludarles atentamente e indicarles nuestra intención de visitar el monumento, pidiendo permiso para ello. En caso de que no nos lo concediesen, aceptar la negativa y regresar.
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