jueves, 30 de junio de 2022

Imagen del mes: portada renacentista del antiguo Palacio Prioral, hoy en la iglesia de San Esteban, en Puebla del Prior

 

Expuesta hoy como puerta de acceso por el lado de la epístola al templo parroquial dedicado a San Esteban de la localidad de Puebla del Prior, los vestigios de la antigua portada del inmediato Palacio Prioral, hoy prácticamente desaparecido, se ofrecen no sólo como un recuerdo de la vinculación histórica que mantuviese la villa porreta con la Orden de Santiago, sino fundamentalmente como una excelsa obra del renacimiento extremeño, cuyo llamativo compendio de veneras labradas entre sus piezas de naturaleza marmórea bien pudiera hacerla merecedora, simulando el caso salmantino, del título de "portada de las conchas" de la Baja Extremadura.

Puebla del Prior (Badajoz). Siglo XVI; arte renacentista.


Arriba y abajo: felizmente salvada de una total destrucción, venta o expolio, ante cuyos peligros ya denunciase la situación de desamparo en que se encontraba la antigua portada prioral D. Adelardo Covarsí, cuando supiera éste de la demolición provocada de tal obra durante los primeros años del último gobierno republicano, las restantes piezas pétreas preservadas de esta fábrica -cumplimentadas las faltantes por relieves marmóreos de nueva talla- conforman hoy en día la puerta de acceso por el lado de la epístola de la parroquia de San Esteban, edificada a fines del siglo XV siguiendo el mandato de García Ramírez Villaescusa, por entonces prior del Priorato de San Marcos de León, dimensión religiosa de la Provincia santiaguista de León a la que administrativamente Puebla del Prior perteneciese, dentro del Partido de Llerena, desde que la misma fuese fundada en 1.257 por el prior santiaguista Martín García bajo mandato del Maestre Pelayo Pérez Correa, determinando Garci-Ramírez la prolongación de la obras, erigiendo junto al templo un palacio prioral de aspecto castrense que, dilatada su ejecución a lo largo del siglo XVI, viniese a sustituir un primitivo caserón santiaguista en deficiente estado, sirviendo de novedosa sede a la Orden y aposento de los caballeros y priores santiaguistas durante las visitas de los mismos a la población, elaborado el monumento en un estilo renacentista hermanado con el ya visto en otras obras decretadas por tal personaje, así el Palacio Episcopal de Llerena, centrando el dintel de acceso constituido de dovelas el escudo del Priorato de San Marcos de León, ocupando el interior del blasón un león mirando hacia la izquierda, dibujada tras él la cruz santiaguista, coronado el mismo por un capelo y abrazado por sendos ramos de borlas, a seis por lateral, destinado habitualmente tales elementos de la heráldica episcopal a los obispos, demostrando así la categoría diocesana de que disfrutaba este priorato, exhibido tal blasón igualmente desde mencionado palacio prioral llerenense, así desde la misma portada de la que fuese sede prioral principal, sita en el conocido como Convento de San Marcos de León en la ciudad leonesa.

Arriba y abajo: abrazado el conjunto por dos pilastras, subdivididas éstas a su vez en dos secciones correspondientes a cada uno de los cuerpos de que se conforma la obra, quedan coronados ambos fustes con capiteles de corte renacentista donde se conjugan los elementos tomados de los órdenes arquitectónicos clásicos -así las volutas o las hojas de acanto en los capiteles compuestos de los pilares bajos; abajo-, rematados los superiores con sencillos pináculos tras superar la cornisa de coronamiento del cuerpo superior, repetida ésta por duplicado sobre el vano adintelado de acceso, enmarcando un friso que supone la separación entre ambas secciones arquitectónicas, ocupado el mismo por una serie de catorce veneras repetidas a lo largo y ancho de las jambas que conforman la puerta en sí, con cinco filas horizontales de tres conchas cada una -abajo, siguiente-, sumando así treinta veneras más que junto a las ocho del propio dintel y las seis que figuran en el cuerpo superior del conjunto edilicio -desaparecidas posiblemente dos de ellas en la cúspide de las bandas laterales donde se ubican-, hacen un total de cincuenta y ocho conchas vinculadas por el peregrinaje y el Apóstol Santiago, patrón de la Orden mecenas del monumento, llamando la atención no sólo la repetición sino fundamentalmente el alto número que de las mismas pueden contemplarse en el bien mueble, sin que por ello dejen de aparecer otros elementos ornamentales propiamente renacentistas tomados del clasicismo igualmente labrados sobre la obra, inscritos éstos en la sección central del cuerpo supremo, así dos grandes tondos cuyos motivos internos se han visto semiperdidos, superados a su vez por tres medallones ocupados por bustos masculinos cubiertos con cascos, siendo mascarones los que sustentan las finas columnas que sostienen el epígrafe que remata esta sección interna alcanzando la cornisa de cierre, semiborrada la inscripción original tanto por la erosión como por la destrucción de piezas primigenias, donde quizás se hablase de la fecha de ejecución y artífices de la misma, en todo caso imborrable el estar ante toda una joya del renacimiento de Extremadura.

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