Arriba: en primer plano, el dolmen Data I nos aguarda en plena comarca de Valencia de Alcántara, con su hermano Data II a unos metros del mismo, entre dos troncos marchitos que, como él, nos hablan del intransigente paso del tiempo.
Si ya Extremadura es rica de por sí en cuanto a los vestigios megalíticos se refiere, ubicándose entre las principales regiones de España donde podemos encontrar estos recuerdos de nuestro más remoto pasado como civilización, contando con estos monumentos pétreos en un gran número de nuestras comarcas, disfrutamos además de un enclave único donde, a diferencia de otras zonas, los dólmenes no se encuentran aislados o a gran distancia unos de otros. Por el contrario, la comarca de Valencia de Alcántara aguarda uno de los conjuntos megalíticos más importantes de Europa, declarado en 1.992 como Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica, según Decreto 51/1992 de fecha 05 de mayo de 1.992, por la Junta de Extremadura.
Con un total de 41 dólmenes, 33 elaborados con ortostatos graníticos, y otros 8 fabricados a partir de pizarras, los monumentos se encuentran dispersos por toda la comarca, pero unidos a través de contemporáneas rutas que los acercan entre sí, trasladando al caminante a las zonas donde en un pasado, cuando los humanos cabalgaban entre la revolución neolítica y el Calcolítico (IV y III milenios a.C.), los clanes decidieron marcar el territorio por el cual habían transcurrido su vida y las de sus familiares con los enterramientos colectivos de éstos, mostrando así el fin del nomadismo, un interés creciente hacia la posesión de unas tierras que, en el caso extremeño, les favorecían con un clima templado, una tierra fértil y un agasajador bosque mediterráneo, y principalmente una preocupación por una posible vida de ultratumba y un aprecio social por los miembros del grupo, a los que despedían enriqueciéndolos con ajuares, conservados en algunos de los casos, y protegiéndolos con ídolos placa que nos acercan al principio de la religión.
Arriba: el dolmen Data I, mejor conservado que su cercano hermano, presenta un corto corredor antes de acceder a su cámara funeraria, expoliada desde antiguo.
Abajo: tras los ortostatos que componen las paredes del monumento, la losa trapezoidal que lo cubría aparece caída en el suelo.
A los pies de las estribaciones más occidentales de la Sierra de San Pedro, y cercana a la pedanía de La Aceña de la Borrega, caserío que supera los 150 habitantes, la denominada ruta 5, de un total de diez elaboradas por las autoridades para potenciar el atractivo turístico de la zona, nos acerca a uno de los tres principales grupos megalíticos de Valencia de Alcántara. También llamada de Los Mellizos, mencionada ruta conduce al caminante hasta algunos de los dólmenes más representativos de la zona, como son el dolmen Anta de la Marquesa, conocido igualmente como Los Mellizos y registrado como uno de los mejor conservados de la comarca, así como a los monumentos Cajirón I, Cajirón II, La Morera, Data I y Data II.
Situados a escasos 100 metros el uno del otro, los dólmenes Data I y Data II comparten el mismo tipo de estructura, clasificándose dentro de las construcciones megalíticas como dólmenes de enterramiento colectivo de corredor corto. Fabricados a partir de grandes losas de granito, y manteniéndose en mejor estado el primero que el segundo, se diferencian entre sí en cuanto al número de ortostatos que forman las paredes de sus cámaras. Mientras que el dolmen Data I se constituye con 5 ortostatos, conservándose íntegros algunos de ellos, con 2,50 metros de altura y dándole a la cámara una planta poligonal, el monumento Data II cuenta con siete piezas, colocadas de manera casi circular. Los corredores, por el contrario, son prácticamente idénticos, formados a partir de dos ortostatos colocados en paralelo y longitudinalmente. Los dinteles que cubrían las galerías de entrada se han perdido. Igualmente las losas que hacían de cubierta para las cámaras han caído de su emplazamiento original, apareciendo en el primer caso tras la cámara del dolmen, y en el segundo partida y esparcida por los alrededores del mismo.
Arriba: vista general del dolmen Data II, cubierto de maleza y en peor estado que su homónimo cercano, conservando por el contrario restos del túmulo que lo cubría.
Abajo: imagen cercana del mismo monumento donde se aprecian los ortostatos que conforman el corto corredor de entrada, así como la cámara funeraria, una de las mayores de entre las construcciones megalíticas de la zona.
Cómo llegar:
La comarca de Valencia de Alcántara, frontera natural con la vecina Portugal y la provincia de Badajoz, se ubica al suroeste de la provincia de Cáceres. Su capital, Valencia de Alcántara, está unida con la capital provincial a través de la carretera nacional N-521, que acerca Cáceres a la frontera portuguesa. Atravesando el municipio, y tras dejar atrás el mismo dirigiéndonos a Portugal, nos encontraremos pocos kilómetros después con un cruce cuyo desvío a mano izquierda nos conduce hacia las pedanías de Las Lanchuelas y Alcorneo, a través de la carretera que lleva el nombre de esta última. Vía de estrecho carril y accidentado trazado, nos adentra en la comarca donde, tras pasar la primera pedanía y antes de llegar a la segunda, un nuevo cruce hacia la izquierda nos dirigirá hasta La Aceña de la Borrega, comenzando aquí la ruta megalítica, partiendo de la iglesia que nos aguarda en plena pedanía, marcada continuamente y estableciendo un círculo en el mapa tras cruzar el cauce del arroyo Mellizos.
Sin olvidar que el camino principal establece un círculo que nos conducirá al mismo punto de salida, recomendamos continuar la ruta por el camino que nos aguarda a mano derecha. Los dólmenes Data I y Data II nos esperan tras alcanzar el monumento de Los Mellizos, ubicado éste sobre un altozano señalizado, tras tomar a la izquierda el desvío que nos aguarda mucho más adelante, continuando el ramal de la derecha hacia los dólmenes de Cajirón I y II. Dejándolo atrás y siguiendo la vía marcada, casi un kilómetro después nos desviaremos nuevamente de la ruta por un corto tramo a mano derecha, donde nos sorprenderán los dólmenes descritos en un bello paraje que combina vegetación y paisaje rocoso, integrados en una propiedad privada a la que podemos acceder a través de un portillo abierto.
Como señalamos en entradas anteriores y en caso de que el lector decida adentrarse dentro de la propiedad privada, lanzamos las siguientes recomendaciones:
1) Respetar en todo momento las propiedades de la finca, como vallados o cercas, intentando no salirse de los caminos marcados.
2) Respetar la vegetación y cultivos de la misma, sin realizar ningún tipo de fuego ni arrojar basura alguna.
3) Respetar al ganado que habitualmente hay pastando en la zona, y en caso de encontrarse con animales que lo protejan, no enfrentarse a los mismos.
4) Si observamos que se están practicando actividades cinegéticas (caza), abstenernos de entrar.
5) Si nos cruzamos con personal de la finca o nos encontramos con los propietarios de la misma, saludarles atentamente e indicarles nuestra intención de visitar el monumento, pidiendo permiso para ello. En caso de que no nos lo concediesen, aceptar la negativa y regresar.
1) Respetar en todo momento las propiedades de la finca, como vallados o cercas, intentando no salirse de los caminos marcados.
2) Respetar la vegetación y cultivos de la misma, sin realizar ningún tipo de fuego ni arrojar basura alguna.
3) Respetar al ganado que habitualmente hay pastando en la zona, y en caso de encontrarse con animales que lo protejan, no enfrentarse a los mismos.
4) Si observamos que se están practicando actividades cinegéticas (caza), abstenernos de entrar.
5) Si nos cruzamos con personal de la finca o nos encontramos con los propietarios de la misma, saludarles atentamente e indicarles nuestra intención de visitar el monumento, pidiendo permiso para ello. En caso de que no nos lo concediesen, aceptar la negativa y regresar.
Arriba: entre castaños y berrocales, los dólmenes Data I y Data II aguardan al caminante en una rocosa escena en la que permanecen integrados, donde naturaleza e historia se mantienen unidas a través del paso del tiempo.
Bonita afición fotografiar el patrimonio extremeño. Buen reportaje.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Javier! Gracias por la visita y el comentario. Extremadura es realmente un paraíso para los amantes de la fotografía, y no sólo por el patrimonio, sino además por nuestros paisajes. Una auténtica oportunidad de conocer historia en vivo y naturaleza unidas. Un saludo!
ResponderEliminarHola Samuel, he visto que has comentado en la entrada que he hecho en mi blog sobre el paseo de Cánovas, gracias. Tengo por el ordenador un documento con información sobre el Parque del Príncipe, haber si lo hago, tambien me gustaría hechar una foto a cada una de las esculturas para que se puedan ver en el blog, en Internet no he encontrado gran cosa sobre ellas.
ResponderEliminarPor cierto se han celebrado unas jornadas de puertas abiertas en la Cueva del conejar, muy interesante lo que contó Antoni Canals, no se si habrás ido, pero se lo recomiendo a todo el mundo, la cueva no es impresionante pero merece la pena conocerla. Por cierto ¿sacaste fotos a la ermita de San Jorge?
Un saludo
Hola J.L.! Gracias a ti también por pasarte por aquí. La entrada sobre el Parque del Príncipe es buena idea, y si la acompañas con fotos te quedaría estupenda y muy completa. Efectivamente ayer por la tarde me acerqué a la cueva del Conejar. Como bien dices no es una gran gruta, pero sí muy interesante, y un rincón más de Cáceres bastante desconocido y que tuvimos la oportunidad de descubrir. Lástima que sólo la hayan abierto un día al público. Ojalá que al terminar los estudios se habilite para que las visitas puedan ser continuas.
ResponderEliminarEn cuanto a la ermita de San Jorge, sí tomé muchas fotos, especialmente de las pinturas. Vi algunas en tal mal estado que quise no sólo llevarme un recuerdo, sino un documento que algún día pueda mostrar las obras de arte que allí hubo. Un día de éstos publicaré la entrada. Un saludo!